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La inseguridad narrada en primera persona | lapalabradeberazategui.com.ar

Todo comenzó cerca de las 7 cuando los delincuentes subieron por los techos de la propiedad, ubicada en calle 15 entre 144 y 145, hecho que quedó registrado en las cámaras de seguridad. Allí Sinforiano Santos de 79 años, su hija María Eugenia, y Pablo Patrone, pareja de la mujer, descansaban.

«Estaba durmiendo y me despertó una persona que me apuntó con el arma en la cabeza y me arrastró del cuello. A mi papá ya lo tenían boca abajo y gritaba. Nos dejaron ahí tapados con una frazada. Todos estábamos sangrando. Fue muy feo», contó María Eugenia, que aún no se repone del tremendo susto.

Primero sorprendieron al anciano -de nacionalidad española, que hace solo dos meses perdió a su mujer- quien había salido al lavadero. Desde allí se metieron en la casa. «Empezaron a revolver todo pidiendo dólares y dinero en efectivo a los gritos. Estaban muy nerviosos. querían dinero a toda costa. Tres veces me pusieron el arma en la boca», explicó la mujer que relató que con la misma modalidad robaron varias casas en el barrio. «A una vecina le cortaron el agua y, cuando salió a ver qué pasaba, le entraron a su casa. La misma forma usaron con otra señora de 80 años que vive al lado del Colegio Estrada, fue en verano y terminó toda lastimada».

El barrio, a pocas cuadras del centro, antes sumamente tranquilo, pero ahora ya no lo es. 

Luego de herirlos y sacarles lo que pudieron, los delincuentes cargaron los electrodomésticos en el auto de la víctima, abrieron el portón de la casa y, cerca de las 9, huyeron. En total se llevaron alrededor de 60 mil pesos y 500 dólares. 

El auto Renault Clío gris plata patente MLZ  442 aún no apareció. «No tenemos novedades», dijo María Eugenia, que tuvo una entrevista con el comisario apenas sucedió el hecho, que tomó notoriedad en los medios nacionales, en los que pidió más seguridad. «El día que vinieron los canales de televisión estaban las patrullas por todos lados, pero después no quedó ninguna. Es muy peligroso salir de tu casa, sea la hora que sea», reclamó la mujer.

La familia había sufrido un robo anterior, no denunciado, un mes atrás, cuando malvivientes ingresaron por la parte posterior de la vivienda y se llevaron una gran cantidad de herramientas. «Estábamos construyendo y se llevaron todo lo que había, unos 100 mil pesos en herramientas», confió.

Aún tienen los puntos en la cabeza por los «culatazos» recibidos y todos tienen heridas en diferentes puntos del cuerpo. Por suerte ese fin de semana los dos hijos de María Eugenia estaban con su papá en Bernal y no sufrieron el infierno. En cuanto a Sinforiano, se llevó la peor parte y tiene muy complicado el ojo derecho.

Eugenia está convencida que hubo una investigación previa. «Solo nos pedían dinero a mi papá y a mí, sabían que éramos los dueños de la casa, porque mi pareja viene ocasionalmente. Sabían por dónde entrar y a qué hora»

«Vivimos en una jaula, todos encerrados. Mi casa está toda enrejada, nunca nos hubiésemos imaginado que nos iban a invadir así. No me siento segura ni en mi propio hogar y eso no se lo deseo a nadie», definió la víctima. 

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