Apenas había entrado el domingo cuando Ernesto Zeitlin se despidió de este mundo en el cual había dejado ya su compromiso y sus fuertes ideales. El ex consejero escolar, que integró los gabinetes escolares  y fue uno de los impulsores del Encuentro por la Memoria, la Verdad y la Justicia de Berazategui, estaba enfermo y falleció en la Clínica Modelo de Quilmes, donde estaba internado desde hacía algunos días, cuando le descubrieron una enfermedad muy avanzada.

Según recuerda el ex consejero escolar Gustavo Gónzalez de su suegro, Ernesto era «hincha de River, no muy ferviente, pero el día de la famosa Puerta 12 (23 de junio de 1968), Ernesto, de 16 años, le dijo a su madre que iba a la cancha. El destino hizo que la policía lo detuviera en el subte y Ernesto tenía las cámaras de fotos de sus amigos! Pareció sospechoso y lo demoraron. En el interín, muchos morían en la cancha. La madre estaba convencida de que Ernesto estaba allí. Él nunca pensó siquiera ir a esa cancha». Esa anécdota quedaría para siempre impresa en su memoria.

Zeitlin había crecido en Capital Federal, allí donde conoció a Nora Pereyra -hija de Rodolfo Pereyra, vecino de Villa España, asesinado por la dictadura- su actual esposa y con quien tuvo tres hijos: Valeria, Rodolfo y Leónidas.

Estudió sociología en la UBA y con el diploma abajo del brazo fue a un acto público en el Centro Cultural Rigolleau y obtuvo su primer cargo en el Gabinete de la escuela. Más tarde esta ciudad se convirtió en «en su lugar en el mundo». Desde muy joven comenzó a militar en el peronismo de Berazategui con Dante Palladino, del Movimiento Bases en Acción.

Estuvo en el Instituto Programático de la Alianza. Militó en el Frepaso, con Horacio Piemonte y Eduardo Macaluse, a quienes respetaba muchísimo, y en esa línea llegó a consejero escolar y fue reelecto en 1999 como cabeza de lista. En el ARI de Elisa Carrió fue su candidato a intendente.

Recorrió escuelas para dar charlas a las nuevas generaciones sobre los delitos de la dictadura, y se puso al hombro la lucha de los vecinos contra la subestación Rigolleau, entre otras loables causas.

Se dedicó fervientemente a los derechos humanos y levantó la bandera en la que no claudicó nunca. «El Encuentro por la Memoria, la Verdad y la Justicia lo movilizó como ser humano, se entusiasmaba ante cada dato menor de un compañero que hubiera militado, estudiado o trabajado en Berazategui», recordó González, quien contó también lo que pasaba en la intimidad de la familia. «Su hija me eligió como compañero de vida, pero no fue mi suegro, fue un militante a quien tuve el gran honor de recibir en casa. Él peronista, yo radical, jamás una falta de respeto».

La despedida

Las redes se llenaron de inmensas muestras de cariño. Desde el Consejo Escolar de Berazategui escribieron: «Ernesto Zeitlin se ha desarrollado en nuestro distrito en diferentes funciones. Su trabajo y la lucha por sus ideales ha dejado huellas en toda la comunidad».

Por otro lado, integrantes de la comunidad de la Escuela Media N° 7 «Ernesto Che Guevara» indicaron: «Se fue Ernesto, uno de los padres pilares…que abajo de aquel arbolito tan simbólico, junto con otros padres, la pensó, la soñó, la peleó, y la consiguió para la comunidad de Villa España. Se fue Ernesto, el primer presidente de la cooperadora de una escuela a la que le imprimió su sello de compromiso y participación».

Uno de sus compañeros de lucha, Ernesto Salgado, también lo despidió en forma muy sentida:  «Hoy nos abandonó físicamente …un amigo, un luchador, un compañero de 100 batallas. Un defensor inclaudicable de los derechos de su pueblo. Pero no te fuiste, seguirás entre nosotros, en futuros combates en busca de la verdad y la justicia, sonriente y apasionado».

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