El trabajo difundido en la revista Scientific Reports descubrió que el antihipertensivo propranolol, usado para tratar distintas enfermedades cardiovasculares, tiene la capacidad de frenar el crecimiento tumoral del osteosarcoma, un cáncer de hueso muy agresivo que suele afectar a niños y adolescentes.
Se trata de un proyecto colaborativo de un grupo de profesionales que involucró investigadores e investigadoras de la Unidad 6 del Centro de Medicina Traslacional (CEMET) del Hospital El Cruce, el Centro de Oncología Molecular y Traslacional (COMTra), el Departamento de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Quilmes, el CONICET, el Instituto de Investigación en Biomedicina de Buenos Aires (IBioBA) e instituciones del exterior tales como el Instituto Max Planck de Nauheim, Alemania, y el Centro de Medicina de Precisión, Universidad San Martín de Porres de Lima, Perú.
El director del trabajo e investigador del CONICET en el Centro de Oncología Molecular y Traslacional de la UNQ y en el Centro de Medicina Traslacional del Hospital El Cruce (HEC), Juan Garona, explicó: «El propranolol es un antihipertensivo que se usa desden hace más de cincuenta años en la clínica. Si bien había algunos hallazgos preliminares en otros tipos de tumores, como el cáncer colorrectal y cáncer mamario, pero nunca había sido estudiado en osteosarcoma.».
«Lo que hace el propranolol es antagonizar los efectos estimulatorios de las hormonas de estrés sobre el crecimiento celular tumoral. Es decir, cuando la droga está presente, la adrenalina y la noradrenalina no pueden interactuar con su receptor blanco, y por ende, no se desencadenan dichos efectos pro-tumorales», detalló.
Los resultados del estudio fueron publicados recientemente en la revista Scientific Reports de la editorial Springer Nature. «Llevó mucho trabajo porque, cuando la revista conoció el foco del estudio, se interesó y los revisores comenzaron a pedir datos, información, mecanismos de acción en concreto y validación», indicó el profesional.
En cuanto al tipo de cáncer que disminuye esta droga, Garona extendió: «Se trata, por lo general, de tumores muy vascularizados y con gran propensión a dar metástasis, y, por lo tanto, muy agresivos y con un alto grado de mortalidad. A pesar de ello, es una enfermedad que permanece aún no demasiado explorada».
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