Se cumplió un mes del fallecimiento del doctor Miguel Ángel Arrué, quien fuera presidente del Club Deportivo Berazategui por dos décadas e integrante del Club de Leones local. Aplastado por una pared que se desprendió de una vieja construcción, murió pocos minutos después en el Hospital Evita Pueblo, mientras intentaban salvarlo del tercer paro cardiaco provocado por los terribles golpes sufridos.
El caso sigue resultando un misterio. Algunas versiones indican que la propiedad habría sido adquirida por una conocida escribana de la zona, que habría puesto en manos de su hijo la explotación del predio situado en calle 12 entre Lisandro de la Torre y 146. Allí funcionaba hasta hace menos de diez años una fábrica de pan rallado que, una vez cerrada, quedó totalmente abandonada.
En un primer momento habría funcionado como estacionamiento privado, pero después los nuevos propietarios planificaron junto con una empresa constructora levantar un edificio. Y estaban con ese proyecto cuando, sin tener en cuenta las mínimas condiciones de seguridad, se decidieron a demoler la vieja construcción.
Arrué, según testimonios de allegados, no solía pasar por el lugar pero ese día el destino lo quiso así, y luego de hacer las compras regresaba a su hogar cuando la pared se le vino repentinamente encima. Al parecer él se dio cuenta que algo estaba mal y decidió correr hacia la calle pero una camioneta que repartía agua, mal estacionada, le impidió sortear el bloque de cemento que le cayó sobre su humanidad, sin contemplaciones.
La calle 12, estuvo cortada por algunos días después de la tragedia, sin embargo, los vecinos contaron que la remoción continuó luego de algunas horas y que se escucha desde muy temprano como trabajaban las maquinas.
Entre las versiones que circularon, sostienen que la obra estaba a cargo de un conocida firma de ingenieros y se desconoce si tenían o no permiso municipal. Muchas dudas, interrogantes que quedan sin respuesta, y una familia, amigos, que buscan y quieren justicia.
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