Tampoco victimizarlos: muchos llevan armas y delinquen, sólo porque son menores. El tema merece análisis y una nueva estrategia social y jurídica por parte del Estado.

En la Provincia de Buenos Aires, según datos de la Defensoría del Pueblo bonaerense, el delito cometido por menores se redujo más de la mitad entre 2019 y 2020. Si miramos los datos de la última década, los procesos iniciados en el Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil representaban 4,54% en el año 2009, número que bajó a 2,08% en 2020. Esto no quiere decir que no tengamos un problema: el sistema judicial no sabe qué hacer con los pibes que llevan armas, roban, amenazan, hacen entraderas, ingresan a domicilios y comercios.

El caso del presunto robo a la diputada Carolina Píparo y su marido en la madrugada del primero de enero evidenció cómo actúa el delito perpetrado por menores, a quienes, todos suponemos, comandan adultos para evitar ser detenidos. Como resultado del episodio de Píparo, fueron detenidos dos jóvenes de 15 años que fueron liberados poco después por su condición de inimputables. Habían participado en varios delitos en distintos barrios de La Plata. El fiscal de menores de la UFI Nro. 1 Juan Benavides pidió que se los interne en un instituto, lo que está siendo evaluado por la jueza que entiende en la causa.

En la Provincia hay 11 centros de contención, 6 centros de recepción, 13 centros cerrados y 21 centros sociocomunitarios, estos últimos de atención ambulatoria. Poco sabemos como sociedad sobre los resultados de estas instituciones ¿Cuántos chicos mejoran su vida al salir de ellas? ¿Alguno dejó de delinquir? Para ser derivados a un centro cerrado tienen que cometer delitos graves, como homicidio y violación. El resto puede ir a un centro de contención, a uno sociocomunitario y volver a su casa.

Uno de los detenidos por el caso Píparo había sido apresado días antes por robar una agencia de autos y un vehículo a un jubilado. Salió y volvió a robar la cartera de la diputada. Como sociedad debemos preguntarnos qué hacer con esta problemática. Que el número de denuncias sea menor que hace diez años, producto del contexto y de la suerte, no resuelve el problema.

Según la Secretaría de la Niñez y Adolescencia bonaerense, hay 40 chicos que delinquieron y que, por ser inimputables, hoy están en centros cerrados con medidas de seguridad. Entre marzo y junio de 2019 hubo 7244 denuncias con expediente judicial en la Provincia por delitos perpetrados por menores de 16 y 17 años. Y, como se mencionó, sólo hay 40 chicos en centros de detención juvenil. El resto, sigue en la calle.

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