La Justicia condenó finalmente a Jesús Nicolás Bravo (36) a la pena de prisión perpetua por el «homicidio criminis causa» en perjuicio de Mateo Cristaldo (84) y «homicidio criminis causa y abuso sexual» de Julia Velázquez (80). Se trata de la misma condena solicitada por la fiscalía.

El Tribunal Oral Criminal N° 5 determinó que quedó acreditado que Bravo fue uno de los delincuentes que el 9 de octubre de 2013 ingresaron a una vivienda de la calle 132 entre 10 y 9 de Berazategui y que, junto a sus cómplices, atacó a los octogenarios para robarles objetos de valor y dinero en efectivo. Los ancianos terminarían muriendo días después a raíz de los golpes recibidos.

Uno de los testimonios que sirvieron para llegar a esa condena es el del médico legista de la Superintendencia de Policía Científica, quien explicó en detalle cómo los golpes que le propinaron a Cristaldo y a Velázquez tuvieron el objetivo de «matarlos». En ese sentido, el profesional indicó que, si ambos ancianos no hubieran muerto, él entendía que era una «tentativa de homicidio».

Por su parte, Bravo se defendió alegando que no tuvo ninguna participación en el ataque a Cristaldo ni en la muerte de Velázquez, aunque sobre la mujer sí reconoció haberla abusado sexualmente. Asimismo, para la defensa, por el tiempo transcurrido entre las lesiones y la muerte, el deceso se produjo por las circunstancias previas del estado de salud de la víctima y por su internación, algo que fue descartado por el médico que hizo las autopsias.

Durante el juicio en su contra, Bravo declaró ante los jueces que el hombre asesinado salió de su casa a pedir ayuda porque su pareja se había caído de la cama. En ese momento, él ingresó «para auxiliarla» y terminó cometiendo el abuso. «Le hice el amor», aseguró, al tiempo que reconoció estar «alcoholizado y empastillado» al momento del hecho y que «no sabía lo que hacía».

Tras ello, la fiscal Calviño solicitó en su alegato que sea condenado a la pena de prisión perpetua, mientras que el TOC 5 pasó a un cuarto intermedio hasta este miércoles, cuando que dio a conocer la condena.

Cómplices juzgados

Este es el segundo juicio por el caso, ya que en 2016 Darío Prida había sido condenado a prisión perpetua, en tanto el otro imputado resultó absuelto.

Bravo fue acusado por el ataque luego que el cotejo de una prueba de ADN coincidiera con su patrón genético, hallado en la cama de la mujer abusada. El imputado estuvo escondido en otra provincia hasta que, con esas pruebas, en febrero de 2018 fue capturado en Ezpeleta.

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