El obispo emérito Gustavo Oscar Zanchetta fue condenado por la Justicia de Oran, Salta, por “Abuso sexual simple agravado por ser cometido por un ministro de culto religioso” y se le impuso una pena de 4 años y 6 meses de prisión. Según precisó la justicia, abusó sexualmente de tres seminaristas. Sin embargo, el religioso tiene más suciedad bajo el ala que merecería ser investigada.
Zanchetta vive actualmente en Roma, en el Vaticano. Hasta 2019 habitaba en Santa Marta, el mismo lugar donde vive el Papa Francisco, un hotel para clérigos. Entonces cumplía el rol de asesor de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, pero hasta 2017 fue obispo de Oran, cuando renunció alegando cuestiones de salud, poco tiempo antes de conocerse las denuncias.
Un diario salteño había recibido informes sobre el obispo en 2015 y 2017, y según sus versiones Zanchetta desmintió todo, incluso ante el Papa Francisco que siempre lo protegió. Y hasta dijo que las fotos pornográficas que se habían encontrado en su teléfono “eran trucadas”.
En 2019 la fiscal Soledad Cuezzo hizo un pedido de captura internacional y Zanchetta dijo que “estaba dispuesto a colaborar”.
En todo momento el padre Francisco negó haber protegido al religioso y sostuvo que solo conocía las denuncias “por malos tratos”, a la vez que explicó que lo nombró como asesor “por sus habilidades económicas”.
En Quilmes
En Quilmes, Zanchetta fue vicario episcopal de Asuntos Económicos, apoderado general del obispado quilmeño y representante legal de los colegios de toda la Diócesis hasta junio de 2013, donde tuvo un fuerte cruce, entre otros, con el doctor Santiago Spadafora, médico personal del obispo Jorge Novak, que lo denunció, junto a un centenar de laicos y docentes, por malversación de fondos.
Cabe señalar que Spadafora había ocupado por 27 Años la representación legal del Instituto Manuel Belgrano de Berazategui, pero en 2010 fue despedido en circunstancias poco claras. “Zanchetta empezó a perseguirme en 2009 y promovió mi despido haciéndome una falsa denuncia, solo porque me oponía a ciertas decisiones transmitidas por escrito”. El médico había elevado dichas denuncias al entonces cardenal Jorge Bergoglio.
Spadafora se oponía a derivar fondos de la escuela subvencionada en un 100 por 100 por el estado provincial para el sostén de actividades diocesanas y pastorales. Su despido fue la represalia. Además Zanchetta le exigía no pagar el servicio de agua a la municipalidad de Berazategui y seguir un procedimiento coercitivo para la cobranza de los aranceles a los alumnos morosos, discriminándolos para su posterior matriculación a través de la confección de listas negras.
Ya reubicado en Oran creó el seminario donde sucedieron los hechos por los cuales ahora fue enjuiciado.
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