La lista del Gobernador electo se impuso en la primera y tercera sección electoral, y por escaso margen también en la segunda sección. Así, el peronismo consiguió 23 nuevas bancas en la cámara baja y 13 en la alta, quedando entonces con 45 bancas y 20 respectivamente.
A Juntos por el Cambio le fue mejor en el interior de la Provincia, incluso en La Plata, que corresponde a la octava sección electoral. Como resultado, el armado del PRO, la UCR y la Coalición Cívica seguirá conservando la mayoría en la Legislatura. Consiguió 22 lugares en Diputados y 10 en el Senado, tendrá en total 44 y 26. En tanto, la lista de Lavagna logró sólo un diputado por la cuarta sección.
Aunque el peronismo fue unido en la elección, dentro del recinto el Frente Renovador seguiría con su bloque propio, diferenciándose del kirchnerismo y de legisladores que responden de modo directo a intendentes. Aunque votarían en el mismo sentido, funcionarán como un interbloque. Uno de los problemas que tiene Cambiemos son las divisiones internas, que ya comenzaron con la salida del bloque del berazateguense Mario Giacobbe, y que se especula podría continuar con legisladores que no fueron contenidos al momento del armado de las listas, como los que responden a Emilio Monzó ¿Será el rol de María Eugenia Vidal alinearlos políticamente? Será clave para canalizar la negociación con el nuevo oficialismo que necesitará de Cambiemos para aprobar sus proyectos.
Durante la gestión de Vidal se logró frenar el escándalo sobre acoso sexual que envuelve a Manuel Mosca, el presidente de la cámara de Diputados, que pidió licencia durante 60 días y luego volvió silencioso a su despacho, lo que pasó desapercibido porque no hubo más sesiones en la Legislatura desde la denuncia. Después del 10 de diciembre una de las primeras disputas dentro del peronismo será consensuar quién ocupará la presidencia de la cámara.
Vidal gobernó negociando y para ello, cerró acuerdos con el massismo y legisladores sin tierra, con lo que logró aprobar las leyes de presupuesto y otras muy relevantes, como el límite a las reelecciones de intendentes y legisladores. Y hasta los permisos para endeudar la Provincia. Kicillof tendrá el mismo desafío, para lo que necesitará voceros conciliadores con gran cintura política, que construyan consensos, sumen apoyos y no confrontaciones. Este tono, necesario para enfrentar el futuro, no parece por ahora el del futuro gobernador. Pero tendrá que lograrlo, para que sus iniciativas prosperen en el ámbito legislativo.
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