Divisiones en la legislatura

En la Legislatura bonaerense la negociación y el diálogo serán necesarios para que se traten las leyes que el gobernador Axel Kicillof impulse. Y la conversación no será sólo con Juntos por el Cambio, como esperaba María Eugenia Vidal: tendrá que incluir actores nuevos, producto de su falta de contención hacia varios legisladores.
El primero en dar el paso fue Mario Giacobbe, quien salió de Juntos por el Cambio después  de las elecciones internas del 11 de agosto y hoy integra el bloque 17 de noviembre junto a Fabio Britos (ex Frente Renovador) y a Natalia Sánchez Jauregui (de UATRE, que también abandonó el bloque de Juntos por el Cambio).
Esta semana, a días de asumir Kicillof, hubo cuatro nuevas bajas que ponen en jaque el liderazgo de Vidal en el espacio opositor. Así como ocurrió en el Congreso de la Nación, el oficialismo saliente sufrió la «fuga» de cuatro legisladores elegidos por el espacio de Juntos por el Cambio. Los diputados provinciales Walter Carusso, Martín Domínguez Yelpo, Fernando Pérez y Guillermo Bardón, abandonaron la bancada y conformaron el bloque «Cambio Federal», que presidirá Carusso.
Carusso y Pérez son radicales y responden a al intendente de San Isidro Gustavo Posse; Pérez fue candidato a intendente de Consenso Federal en Quilmes; Carusso es de General San Martín e ingresó a la Legislatura por Juntos por el Cambio. En tanto, Domínguez Yelpo y Guillermo Bardón son hombres de Emilio Monzó. Definen a su nuevo bloque como opositor al Frente de Todos, pero con postura propia. Léase: no le responden a Vidal.
La exgobernadora disputa hoy la conducción del armado opositor con Jorge Macri. Y fue quien»vetó» a Monzó el último armado de listas. Tanto ella como Macri (Jorge) tienen un proyecto para gobernar la Provincia en 2023. Al igual que Monzó. Es esa la interna de Cambiemos en la Legislatura.
Después del 27 de octubre, los números en la Cámara de Diputados bonaerense eran 43 para el PRO y 45 para el Frente de Todos; hoy hay 38 legisladores en Juntos por el Cambio y el oficialismo amplió su número, con la unificación de los espacios del Frente Renovador, Unidad Ciudadana y el PJ Unidad y Renovación, que posibilitó llegar a los 46 diputados, a un diputado del quórum propio. En esa línea, será fundamental la negociación con el bloque 17 de Noviembre y con el monzoísmo.
Fruto de estas rupturas, que evidencian el pase de facturas después de la derrota electoral, Kicillof pudo nombrar a Federico Otermín y a Carlos Cuto Moreno en la presidencia y vicepresidencia de la Cámara, algo que era resistido por el macrismo.
En tanto en el Senado provincial, Cambiemos tiene la primera minoría con 26 legisladores y el Gobernador necesitará buscar alianzas para destrabar la salida de leyes cruciales. Allí el Frente de Todos cuenta con 20 legisladores.
La vicegobernadora Verónica Magario tendrá un rol central para lograr consensos, lo que pone a prueba su perfil confrontativo.
Este mapa político es un desafío para la Provincia de Buenos Aires en esta nueva etapa del país, un momento que nos interpela para resolver la grieta por medio del diálogo y del debate maduro que toda sociedad democrática necesita.