El hecho se conoció cuando Adriana, una enfermera que renunció hace dos semanas al lugar, denunció que las mujeres mayores de edad eran víctimas de maltratos como hacinamiento, insalubridad, falta de comida y violencia física para atarlas.

«Yo trabajé un año de noche. Al principio no veía nada, porque era de noche y los abuelos dormían. Hasta que empecé a darme cuenta de que las abuelas no respondían a nada, estaban drogadas. La doctora del lugar me daba una pastillita para que sigan durmiendo, pero yo no se las daba, las tiraba. Empecé a tener un alerta», declaró la denunciante.

«Me fui cuando al cambiarme de turno vi el estado de las abuelas y el maltrato. Saqué fotos y me fui». Una de las fotos que trascendió mostraba a una anciana atada a la cama para dormir. Además, Adriana dijo que » las matan de hambre, les gritan, las amarran, las insultan, y no son personas que puedan defenderse, ya que son abuelas de más de 75 años», y detalló que «cuatro de las ancianas dormían en el garaje que tenía paredes con humedad y suciedad».  Continuando con el relato, expresó que «ponen luces de emergencias para no gastar».

Al respecto, tanto el personal municipal como el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires señalaron que tomaron conocimiento de la denuncia de la ex empleada el 26 de octubre y constataron que no contaba con habilitación para funcionar. «Es una casa que está en un lugar escondido y los propietarios se cuidaron muy bien de ocultar que allí funcionaba un geriátrico», precisaron las fuentes.

Los inspectores gubernamentales se acercaron en dos oportunidades, pero las encargadas del lugar no les permitieron el ingreso, por lo tanto solicitaron la intervención judicial a cargo del titular de UFI 2, Christian Granados, que dispuso el allanamiento para poder entrar al lugar.

Los efectivos de la policía bonaerense allanaron el geriátrico clandestino. En el lugar había 17 residentes mujeres mayores de 70 años, que fueron revisadas por doctores del Ministerio de Salud, quienes aseguraron que “las mujeres se encuentran en buen estado», de esa manera las autoridades, teniendo en cuenta el contexto de la pandemia, descartaron los traslados de las pacientes al Hospital Evita Pueblo. El nosocomio había preparado unas salas especiales para que las abuelas sean atendidas.

Al tomar estado público la situación, muchos familiares de las adultas mayores internadas se acercaron sorprendidos a la puerta del geriátrico para pedir explicaciones sobre la situación. En este marco, algunas personas decidieron por cuenta propia sacar a sus abuelas del lugar y otras están esperando la determinación judicial para resolver el traslado de las mujeres a otros centros si el delito se comprueba.

Hasta el momento el sitio no fue clausurado, ya que la investigación está en curso. En principio los investigadores cuentan con una serie de fotografías que retratan el pésimo estado edilicio del lugar y las aberrantes condiciones en la que se encuentran las 17 abuelas internadas. Según fuentes judiciales, esta semana comenzarán a tomarse declaraciones testimoniales.

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