En las imágenes se pueden observar jóvenes boxeando sin ningún tipo de reglamento, autorización y protección que exige la disciplina deportiva en Argentina. Además, quebranta absolutamente todos los protocolos sanitarios para prevenir el covid-19.

Estas luchas se llevan a cabo bajo el nombre de «Santas Peleas Callejeras», se vienen desarrollando, al menos públicamente, hace un mes, por lo general los fines de semana por la tarde y de forma esporádica. Un vecino del barrio, cuyo alías es «San Berretín», sería el encargado de la organización y de la convocatoria a través de las redes sociales. Por mensaje privado de Instagram y Facebook informaría «secretamente» a los interesados la fecha y la hora del evento.

«Para mí es un trabajo social, soy un recuperado de la delincuencia. Quiero incentivar a la gente. Se puede cambiar, hay muchas cosas por hacer, hay posibilidades», sostuvo San Berretín en una entrevista televisiva y agregó que «lo hacen en un contexto amigable, sin apuestas, sin ganadores y sin herir a nadie».

En un día se disputan varias peleas de dos minutos cada una, con un juez aficionado y reguladas por los propios vecinos. Los competidores son mayores de 18 años y pertenecen a distintos barrios de Berazategui, otras partes del Gran Buenos Aires y Capital Federal.

Las luchas se desarrollan en el playón del monoblock y ante la presencia de más de 150 espectadores, sin barbijos, sin distancia social y sin el uso de alcohol en gel. Además, los luchadores usan los mismos guantes y protectores bucales, sin ninguna desinfección.

También infringen las reglas del boxeo, por ejemplo, no hay un ring seguro que salvaguarde las caídas de los competidores; tampoco, barreras de protección, instructor matriculado y personal de salud a la hora del combate.

Además, el boxeador amateur no se somete a ningún chequeo médico; sólo verifica su peso en la balanza de una farmacia cercana para competir con alguien de la misma cantidad de kilos.

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