Marcelo Caccamo, dueño del local ubicado en la calle 149 n 1546 contó: «Es primordial tener el lugar limpio, yo siempre paso un trapo con detergente y lavandina, lo hice siempre y lo seguiré haciendo. En cuanto a los clientes, todos tendrán un turno previo, para mantener la distancia y evitar la conglomeración de gente. Las personas tienen que venir con barbijo, si no, no se las atenderá. Luego se procederá a utilizar el alcohol en gel y se lavará el cabello, una vez higienizado se comenzará a trabajar. En mi caso prefiero no utilizar guantes, sino desinfectarme bien las manos con alcohol en gel luego de cortar y limpiar los instrumentos que se utilizan rociándolo con alcohol y dejando que se sequen».
En relación, al corte de barba, el profesional dijo: «Se hace igual que un corte de pelo, se higieniza con alcohol la máquina y el peine que se utiliza».
Y aclaró: «Durante este tiempo de pandemia y por una cuestión de prevención, no atiendo a clientes nuevos, elijo atender a mis clientes de siempre, porque los conozco, sé quiénes son y cómo se cuidan».
Asimismo, el peluquero pidió: «Nos tienen que dejar abrir, el trabajo disminuyó un 70 % y creo que hay alrededor de un 30 % de los colegas que están en quiebra. Las peluquerías no son un negocio millonario, si no no cortamos el pelo, no comemos. No hay forma de sostenerse con cuatro meses de inactividad. Además, hicieron creer a la gente que si viene a la peluquería se pueden contagiar, y no, eso no es posible si se siguen las indicaciones de higiene para evitar enfermarse».
También, apuntó: «Los peluqueros no tenemos que presentar un protocolo al gobierno, sino que debe ser el Ministerio de Salud el encargado de poner las condiciones».
Por otro lado, Cristian, titular de la peluquería Zión, ubicada en calle 148 nº 1248 indicó: «Los colegas se movilizaron y presentaron un protocolo, estamos aguardando que en esta nueva etapa de la cuarentena se apruebe y podamos trabajar. Básicamente, lo que detalla es el uso de alcohol en gel y líquido, barbijo o máscara, mantener la distancia social, proteger el sector de recepción con mamparas de vidrio, usar guantes descartables, sistema de turnos, desinfectar todas las herramientas de trabajo y tener correctamente desinfectado el lugar».
«Estas indicaciones ya la utilizábamos en la peluquería, nosotros usamos guantes, alcohol en gel y líquido y contamos con un aparato rociador para higienizar los instrumentos de trabajo; por eso nos causa indignación que, cumpliendo con todas las medidas sanitarias, no nos habilitaron antes y nos dejaron cuatro meses parados, sin facturación y con deudas», manifestó.
«Nosotros tenemos deuda de alquiler, impuestos y cargas sociales, con lo que el Estado aporta no se pueden solventar todos los gastos que implica un negocio. Hay que abrir sí o sí, ya sea que la ganancia sea de 30 %, 40 % o 50 %, de esa manera se puede seguir sosteniendo», agregó.
«Es totalmente entendible que no se pueda trabajar al ritmo que lo hacíamos antes de la pandemia, pero hay que convivir con esta situación. Nosotros, con mi esposa que también es dueña, sentimos una presión enorme con todos los gastos, que, si seguimos parados, corremos el riesgo de cerrar. Ojalá que el gobierno se ponga en nuestro lugar y nos habilite», concluyó Cristian.
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