Estaba internado en el Hospital El Cruce, peleándole al COVID-19 desde hacía aproximadamente 10 días. Desde la terapia intensiva del nosocomio los partes eran cada vez más desalentadores hasta que finalmente su cuerpo dijo basta. Oriundo de Berazategui, nació en junio de 1956, tenía 64 años, y un profundo amor por el Club que presidía.

Cosmelli tenía tres hijos- Nicolás, Bruno y Nahuel y estaba casado con Olga Areán, especialista en conservación de archivos históricos fotográficos,  quien  también estuvo internada afectada por el mismo virus, con una fuerte neumonía, pero pudo superarlo. En cambio, en los últimos días sus amigos habían pedido una cadena de oración dadas las complicaciones que Cosmelli presentaba.

Muchísimos son los mensajes de aliento a su familia en este momento tan difícil.

El propio Club lo despidió desde Facebook con un conmovedor mensaje: «se nos fue un amigo y en estos momentos difíciles no lo podemos despedir como quisiéramos. Hasta pronto Daniel Cosmelli, se nos parte el corazón. Te vamos a extrañar» escribieron, compartiendo la noticia. Apenas se conoció su partida, en las primeras horas del lunes, las redes sociales se llenaron de palabras de congoja y condolencias hacia su familia, resaltando su hombría de bien, «siempre dispuesto a todo». Una de sus amigas destacó con mucha razón:  «de esta pandemia no vamos a salir iguales, va a dejar muchas marcas».

Por su parte, desde Buena Yunta, rescataron sus cualidades: «fue una persona amable, colaborativa, predispuesta y trabajadora». También lo recordaron desde la subcomisión de Prensa y Relaciones Publicas de la Asociación Deportiva Berazategui que enviaron su «pésame a la familia y amigos de Daniel Cosmelli» y una lista interminable de entidades del distrito, no quisieron dejar pasar su fallecimiento, y se sumaron el Club Villa Olivero quien despidió al vecino y excelente dirigente», el Club Deportivo Berazategui y  el Club Sarmiento entre otros.

Cosmelli era presidente del Club Libertad-ubicado en 11 entre 146 y 147- desde hacía muchos  años, renovando su titularidad en varias ocasiones y fue quien consiguió mantenerlo en el tiempo con un crecimiento constante, habilitando nuevas canchas y  salones para diversas actividades  en momentos sumamente difíciles. Siempre luchando, persiguiendo ideas nuevas, como el gimnasio en la parte superior, que ya tiene hechas las bases. En su gestión, el inolvidable salón nocturno del Club Libertad, ubicado sobre la 146, que estaba bastante depreciado por el paso del tiempo  se transformó en Buena Yunta,- que tiene 8 años- un espacio publico, donde se combinan los espectáculos para todos los gustos y la enseñanza de diversos estilos de baile, aunque, por supuesto,  prevalece el tango.

Daniel, gran emprendedor y propietario de una distribuidora de vinos finos, era hijo de dos familias tradicionales de Berazategui, los Cosmelli y los Tarditti. Su padre fue parte de la comisión directiva del club y sus hijos mamaron desde su nacimiento el amor por la entidad. Fue por eso que, en momentos en donde Libertad caminaba sobre brasas, Daniel decidió tomar las riendas y buscarle la solución a un destino que parecía incierto. Con perseverancia logró sacarlo adelante y hoy, a pesar de su pronta partida, deja las bases de una institución sólida y con un futuro prometedor.

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