La elaboran desde 2002 y es una sopa concentrada de alta calidad y bajo costo compuesta por hortalizas, carne, arroz y arvejas en proporciones adecuadas sin conservantes ni aditivos.

Recordemos que fue creada en 2001, y fue la respuesta a la crisis económica de entonces. Ahora, volvieron a producirla y la ofrecen a comedores y particulares que quieran apadrinar a alguna institución.

Según informó el rector de la UNQ, Alfredo Alonso, este producto está destinado “fundamentalmente a comedores populares y escolares. La idea es que las personas con necesidad puedan contar con este alimento con calidad nutritiva”.

La supersopa fue desarrollada íntegramente por estudiantes de Ingeniería en Alimentos. “Una de las presentaciones es en latas de cuatro litros y cada una alcanza para 50 raciones”, agregó Alonso. Además, puede guardarse por hasta dos años.

Hasta el momento se han producido 156 latas, es decir, 7.800 porciones de sopa que “tiene un valor nutricional jerarquizado”. De esta manera las personas pueden recibir los nutrientes necesarios, a bajo costo.

Tras una pausa de cinco años (consecuencia de la pandemia, el corte del servicio de gas y la renovación de la caldera), la casa de altos estudios volvió a producir el superalimento. La planta también produce guiso de arroz, locro y sopa de vegetales.

Los especialistas afirman que el programa trabaja “con un sistema de padrinazgos donde particulares y empresas realizan donaciones para comedores, merenderos o barrios vulnerables”.

De cada lata de Supersopa (sopa de vegetales) pueden obtenerse hasta 50 porciones, y las de locro y guiso rinden 24 porciones. La sopa sirve de entrada y las demás de plato principal.

Más de dos décadas atrás tras la llegada a la UNQ de maquinarias pertenecientes al Mercado Central de Buenos Aires para ser utilizadas con fines educativos, pusieron en marcha la planta industrial. Vale decir que entre quienes intervienen en el desarrollo de los productos alimenticios, se encuentran estudiantes de distintas carreras, como Ingeniería en Alimentos, Química y Biotecnología, que realizan prácticas profesionales. El programa también brinda asesoramiento para la transferencia tecnológica de la planta a quienes deseen replicar el programa en diversos puntos del país.

La dirección de la sede de la universidad es Roque Sáenz Peña al 350 de Bernal (Quilmes) y la producción se realiza en un enorme laboratorio con cacerolas inmensas. Su producción se lanzó luego de la pandemia.

Anahí Cuellas es la directora del laboratorio y rescata: “las fórmulas están hechas con productos totalmente naturales, con un sano equilibrio y un control microbiológico. La dirección de Instagram es: supersopa_unq.

Los interesados pueden comprar y retirar o abonar para que la misma universidad entregue a quienes están en un listado. “El particular dice cuántas latas quieren donar, y nosotros tenemos a instituciones como merenderos o comedores de escuelas que pidieron el producto en caso que alguna persona quiera ayudar”.

Cada lata tiene un costo de 34 mil pesos. “Es menos de 700 pesos la porción de sopa. Menos que un alfajor, la idea es que lleguen donde más lo necesitan”, afirmó Cuellas.

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