Es el caso de la Pyme textil Rayvis S.A., con 39 años de historia, ubicada en el Parque Industrial Plátanos. Su titular, Francisco Lurueña, contó la situación «desoladora» que vive la firma y se mostró apesadumbrado por no poder abonar los salarios a los 19 trabajadores de la firma.
“La fábrica está parada desde el 19 de marzo”, relata Lurueña. “Si bien los problemas no empezaron ahora, con esto de la pandemia se agravaron y hoy ya comenzamos a tener cheques rechazados. Actualmente adeudamos cerca del 50 por ciento del salario de marzo y nos empezaron a llegar las facturas de los servicios, que tampoco estamos pagando», informó.
Rayvis, especializada en la producción de hilados de rayón viscoso (de ahí su nombre) cuenta con 14 empleados directos y otros 5 indirectos. La mayoría de ellos tiene más de 20 años en la empresa. “Siempre superamos las crisis, jamás tuvimos atrasos fiscales. El tema es que, en los últimos años, con el aumento de los costos financieros y las tasas usurarias que tuvimos que pagar, más los aumentos de los servicios la empresa se debilitó muchísimo. Los últimos balances fueron negativos, algo que antes no nos ocurría», explicó Lurueña.
Consultado sobre los créditos para Pymes que anunció el Gobierno días atrás, Lurueña indicó que recurrió a los bancos con los que «operamos desde hace décadas, e incluso con los que pagamos los sueldos al personal, pero nos respondieron que no estamos suficientemente calificados para obtener los préstamos a tasa del 24% que fueron anunciados, nos negaron cualquier tipo de asistencia financiera”, reveló. Efectivamente, las dificultades para acceder a esos créditos quedaron evidenciadas en una reciente encuesta realizada por la Unión Industrial Argentina (UIA) que reveló que ocho de cada diez Pymes no pudieron acceder a los créditos bancarios al 24% y que el 81% de las firmas no pudo cobrar cheques en abril.
El titular de la textil sostuvo que “Lo que más nos preocupa es el atraso con los sueldos, porque nuestros empleados son como de la familia y hasta son ellos los que nos alientan a seguir adelante. Pero necesitan cobrar, al igual que nuestros proveedores. Siempre cumplimos y honramos nuestros compromisos, somos hijos de la cultura del trabajo, pero la realidad es que hoy estamos al borde de la cesación de pagos”, sostuvo.
Por último, Lurueña indicó que están en diálogo con la Municipalidad de Berazategui y con la Unión Industrial local. Sin embargo, aún no recibieron ninguna ayuda y, según expresó, no parece que la vayan a recibir: «El panorama es absolutamente desalentador. En un marco de recesión económica mundial nosotros no escapamos a esa realidad y la verdad es que no veo que vaya a mejorar. Necesitamos que se reactive la producción cuanto antes. La única ayuda que nos pueden dar ahora es reactivar la actividad.
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