Servicios de salud y medicamentos, los más afectados por la inflación

De esta manera, la salud de muchas personas se pone en peligro, ya que llevó a miles de familias a prescindir del servicio y a muchos jubilados a volver a depender sólo del PAMI. Lo que se agrava si se tiene en cuenta la baja en el consumo de medicamentos.
Los datos fueron difundidos por un estudio privado de Defensa de Usuarios y Consumidores (DEUCO). “El aumento fue superior a la inflación del mismo período, que ronda el 55 por ciento, e inclusive mayor a los aumentos de los alimentos, que fue del 65 por ciento”, señalaron.
Es que el gobierno nacional autorizó siete aumentos en las cuotas que les llegan a los afiliados a medicinas prepagas. El valor de las cuotas mensuales que abonan los afiliados es  regulado en forma conjunta por la Superintendencia de Servicios de Salud y la Secretaría de Comercio de la Nación desde 2012, a través de la Ley 26.682. En los cuatro años de gobierno, Mauricio Macri autorizó un incremento que alcanza al 283,95 por ciento.  Y esto trajo aparejado un gran número de desafiliaciones de personas y familias que no pueden afrontar los reiterados aumentos.
Se trata de una liberación absoluta de precios y son miles los afectados. Muchos otros redujeron su cobertura a lo indispensable, adhidiriendo a planes de menor costo. Y en el caso de los jubilados, muchos de ellos migraron al PAMI, cuya altísima demanda es conocida así como la baja calidad de sus prestaciones.
En el período comprendido entre 2012 y 2015 los aumentos en medicina prepaga estuvieron relacionados con la inflación que se registró en esos años. Y el aumento alcanzó el 144,14 por ciento, es decir, un 50 por ciento menos que en los últimos cuatro años.
En tanto, el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad de Avellaneda alertó sobre la suba en los precios de los medicamentos, con un aumento del 360 por ciento en los últimos cuatro años. Los precios de los remedios subieron más de 100 puntos porcentuales por encima de los niveles de inflación general: entre noviembre de 2015 y septiembre de 2019, los niveles de inflación general acumulados alcanzaron el 260,1 por ciento.
La aplicación de criterios de libre mercado para fomentar la competencia en algunos sectores puede resultar adecuada en economías estables y de baja inflación. Pero con una inflación alta como la de nuestro país, debe ser el Estado el que proteja a la población de la especulación y la usura. Sobre todo si se trata de servicios relacionados con la salud.