La intención del Ejecutivo es hacer una recomposición de los precios de forma gradual para evitar un salto importante de la inflación en plena pandemia. En este sentido, según los trascendidos, se estaría evaluando un primer incremento para el 1 de septiembre.

Desde la estación de YPF de las calles 131 y 21 confirmaron que “todavía el aumento no está definido». Soledad, la encargada, indicó que «hasta el momento se manejan los mismos precios y que en la sucursal no hay novedad sobre la suba, ni de cuánto sería». Asimismo, mencionó que en la zona las ventas se mantuvieron iguales. «Durante la cuarentena restrictiva se veían menos clientes, pero a partir de la apertura sostenemos la clientela, al menos en esta estación; desconozco las demás», sostuvo.

Por otro lado, las empresas transportistas están preocupadas por el posible incremento. Cintia, una de las titulares de Transporte Miranda, expresó: «Nos afecta que se aplique una suba, porque el mayor gasto que tenemos con los camiones es el combustible y, además, se suman otros como los precios de las gomas y los repuestos, que se elevaron con la inestabilidad del dólar».

«El problema está en que, si sube la nafta, deberíamos subir las tarifas; pero no vamos a poder hacer eso, porque la gente la está pasando mal y no van a querer pagar más caro. Además, hay mucha gente sin trabajo. Si nosotros aumentamos, los clientes van a buscar otro que les cobre más barato y perdimos la ganancia. La realidad es que cada vez estamos peor, desde el año pasado que no podemos aumentar; en el 2019 el combustible subió un 70 % y nosotros lo único que pudimos incrementar es un 15 %», explicó.

«Por suerte tenemos clientes fijos que son empresas, y estamos subsistiendo, pero no tenemos las ganancias de antes y hay muchos colegas que venden los camiones y otros quiebran, porque se complica sostener la cuenta corriente de transporte», señaló.

«Tiene que haber una regulación que comprenda un límite y no aumentar deliberadamente, porque una empresa de camiones tiene muchos gastos y va a llegar un día que no podamos seguir. Además, si sube el combustible, aumentan los alimentos y no es conveniente en este momento de pandemia», manifestó.

También los conductores particulares se mostraron molestos. Ezequiel, un automovilista consultado, dijo: “Es indignante, no puedo tomarme el colectivo para ir a trabajar y tengo que usar el auto, y el tanque me sale más de 3.000 pesos. Además, pago alquiler, la escuela de mi hijo y 10.000 pesos en tarifas. Para mí el gobierno tiene que seguir con el precio congelado, porque la gente no llega a fin de mes».

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