«Somos una escuela que desde siempre priorizamos el trabajo con los alumnos y familias, entonces todas aquellas posibilidades que tengamos, las vamos a aprovechar. Trabajamos mucho durante todo el año para no perder la comunicación y el diálogo independientemente del trabajo pedagógico porque la prioridad fue estar siempre cerca», determinó Julieta Espinosa, directora del nivel primario, que comenzó el martes  pasado a brindar clases con un reducido grupo de alumnos de segundo ciclo, en un sector del patio, con bancos bien distanciados entre si.

El viernes anterior un grupo de segundo año del secundario fue de los primeros en ingresar. «Fue muy emotivo verlos entrar nuevamente. Volvieron a llenar el vacío que tenía la escuela. Uno esta acostumbrado a recorrer los pasillos y las aulas que siempre están llenas de alumnos. Se los extraño mucho, y se los dije. En la charla de bienvenida le preguntamos cuáles habían sido sus emociones y sensaciones al volver al colegio y pudimos charlar sobre sus inquietudes finalmente cara a cara», destacó Eduardo Bonfligli, director del nivel secundario del establecimiento y docente de matemáticas.

En esta etapa la participación tanto de alumnos como de docentes es voluntaria y acceden obligatoriamente con barbijo . «Son actividades socioeducativas y la idea es vincular a los chicos con la escuela. Cuando se nos presentó la oportunidad, analizamos el protocolo del plan jurisdiccional y seleccionamos el espacio. La idea es que todos los chicos vengan aunque sea una vez. La invitación se extendió a todas las familias y queda en cada una que acepte o no la propuesta», precisaron.

Se organizaron tres grupos diarios, que no pueden superar los 90 minutos, tres veces por semana. Al retirarse se realizan tareas de sanitización. Los alumnos deben asistir además con protector solar y repelente ya que el encuentro se produce al aire libre. Al ingresar se les coloca alcohol en las manos y pisan sobre una bandeja que contiene lavandina. También se les toma la temperatura y entregan una declaración jurada donde consta que están bien de salud al ingreso a la institución.

«Trabajamos mucho con la solicitud, charlamos con los representantes legales para ver que teníamos a disposición, y  con qué podíamos contar. Le propusimos la actividad a los docentes y por suerte todos estuvieron de acuerdo», contó Bonfigli. «Esto sin duda  se pudo llevar a cabo porque cada una de las partes involucradas dieron su apoyo y priorizaron el hecho que los alumnos puedan volver a clases, tanto docentes como no docentes dijeron que sí. Antes les transmitimos seguridad para que ellos también puedan retransmitirla a los alumnos», destacó por su parte Espinosa, emociona con «la vuelta».

Esta definido que las clases terminan el 11 de diciembre para el nivel secundario y el 18 para el primario.

«Esto les demostró a los chicos que la escuela siempre estuvo abierta y se sostuvo gracias al trabajo de los docentes pero también gracias al esfuerzo que pusieron ellos y sus familias. Fue un logro en equipo. Es como un balance de lo que hemos hecho a los largo del año», subrayó Bonfligli.

«La escuela es un referente en la sociedad y el hecho de vernos impedidos de asistir hizo que tengamos que trabajar mucho para no perder el vínculo con los 17 cursos que tenemos en el nivel primario. Desde el comienzo de la cuarentena se organizaron grupos de Whats App en los que estaban alumnos, padres, docentes y directivos para realizar un seguimiento permanente. Las clases se dan a diario, durante tres horas y media. En la primera hora tienen inglés, porque es una escuela con esa orientación, tiene un proyecto bilingüe», detalló Espinosa.

«Hubo distintos momentos. Están los que se conectaban siempre, los que lo hacían ocasionalmente o los que tenían dificultades por falta de recursos, por eso a ellos les ofrecimos otras alternativas como cuadernillos realizados por nosotros mismos que luego devolvían para ser corregidos», puntualizó la directora de primaria que confió: «estoy contenta con el trabajo que hicimos, a pesar que no se puede reemplazar lo que se logra dentro del aula. Sí enseñamos y aprendimos, pero faltó el vínculo que se genera entre los docentes y alumnos, y entre los alumnos entre si».

Cabe señalar que en el nivel secundario con anterioridad se trabajaba con una plataforma virtual, por lo cual ya estaban familiarizados con la misma. Se hicieron videos, se agregaron clases virtuales y cada 15  días se realizaba un registro de entregas «para que no haya sorpresas al finalizar cada una de las etapas con las valoraciones pedagógicas», explicó Bonfigli. «Se les explicó desde un primer momento que esta era la forma que teníamos para obtener el aprendizaje, que más allá de ser obligatorio era un derecho y nosotros hicimos lo posible para garantizarles ese derecho. El nivel secundario requirió un trabajo mayor, es cierto y costó bastante a la distancia, sobre todo para los alumnos de los últimos años, pero creo que en general llegamos bien, hay un balance positivo. Son 185 estudiantes nada más y uno conoce sus historias. Hay mucha confianza y uno los escucha. Ellos saben que cuentan siempre con nosotros, pero lo que vivimos a diario no se puede reemplazar con nada. El intercambio es necesario y por eso siempre les pedimos que no aflojen y que  esta situación la tenemos que superar en equipo. Tenemos que sacar las ganas de donde podamos para salir adelante y buscarle lo positivo», indicó para finalizar, al tiempo que Espinosa aseguró: «acá hay mucha vocación. Nada reemplaza el hecho de abrir una puerta y ver a 30 chicos sentados escuchando a los docentes o ver cuando llegaban dormidos…hablar con ellos; pero ya habrá tiempo para reencontrarnos».

Etiquetas

Hacé tu comentario

Por si acaso, tu email no se mostrará ;)