Además, para garantizar que los afiliados tengan acceso a los medicamentos de forma rápida y simple la nueva modalidad de receta médica electrónica permite que los afiliados eviten trasladarse a los consultorios y puedan contactarse con los profesionales médicos en forma telefónica o vía mail. Hasta acá todo bien, pero «del dicho al hecho… hay mucho trecho…» y los reclamos comenzaron a aparecer, sobre todo por parte de afiliados cuyos médicos son reticentes a atender el teléfono y no todos tienen posibilidades de abrir un mail.

El envío de las recetas firmadas electrónicamente se hace de forma automática a las farmacias. De esta medida quedan exceptuados, los medicamentos oncológicos y psicofármacos que seguirán bajo el modo de prescripción habituales, es decir, en formato papel.

Vale decir también que aquellas recetas firmadas obtenidas antes del 31 de marzo inclusive son válidas presentándolas en papel. Aquellos encargados de acercarse a las farmacias, sean familiares o personas autorizadas deben ir con el DNI y la credencial de PAMI del afiliado y para quienes tengan algún inconveniente con el nuevo sistema se puede realizar un reclamo en la pagina WEB de PAMI ya que las agencias están funcionando solo con una guardia mínima para atender urgencias que requieran la consulta presencial.

La idea final es que las personas afiliadas no están obligadas a movilizarse.

Actualmente conviven la receta electrónica y la receta digital. La primera se carga en un sistema para un mayor control y luego el médico la imprime y la firma. Esta es la que más se utiliza, mientras que la receta digital es mas simple de hacer ya que el mismo médico puede elaborarla en su computadora y enviársela al teléfono del afiliado.

Este sistema tiene muchas más ventajas además de evitar el traslado innecesarios de los afiliados ya que también se evita el pase de manos de la receta papel que podría transportar el virus.

El problema desde un principio es que muchos consultorios estuvieron cerrados inmediatamente después de decretarse la cuarentena y algunos médicos no atienden el teléfono por varios días, en ese caso, unos pocos lograron canalizar el problema por medio de la línea de urgencia de PAMI y otros intentan aun resolverlo.

«Llamamos a PAMI Escucha y no atiende nadie y hay muchos médicos que no atienden los teléfonos, nos sentimos de alguna manera abandonados. Entonces lo que hacemos muchos es armar una vaquita y comprar los medicamentos en forma particular. Algunos pueden y otros no. Esos últimos se quedan sin remedios y con riesgo de vida» explicó Cecilia Núñez cuyo padre tiene 85 años y vive en el barrio El Vidrio.

En otro orden, los beneficiarios siguen reclamando la falta de vacunas antigripales y contra neumonía, que al día de hoy muchos aun no pudieron conseguir en farmacias locales. «Y lo peor es que si sos de PAMI en las salas no te vacunan, entonces comenzás a deambular por las farmacias a ver si alguna tiene alguna dosis y nada,  es triste porque para esta fecha deberían estar todos cubiertos».

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