En 2015 se animó a iniciar una carrera y el entusiasmo lo llevó a sumar una segunda en 2019. Orgulloso no solo del logro de obtener un título, sino de todo el proceso de aprendizaje que implicó, Walter habla de cómo organiza sus tiempos de estudio y de trabajo, y de cómo atravesó las cursadas en plena pandemia. Tiene 34 años y trabaja en la Oficina de Empleo del municipio de Florencio Varela. Comenzó a cursar en 2015 y en 2019 sumó una segunda carrera: Administración. En las redes sociales Acosta recibió cientos de saludos que coronaron el esfuerzo que hizo en esta aventura y por la forma en que pudo consolidarse con el resto.
En principio habló de los nervios de los primeros días. “Empecé a cursar y conocí a los docentes. Había cursado un terciario hasta que me llamaron para trabajar y no pude continuar. Entonces estuve buscando dónde cursar y encontré esta universidad. Tomé coraje y entré. Cuando lo hice me pareció que era la primera vez que una persona sorda venía a esta universidad, entonces pedí intérpretes. Cuando me los dieron me sentí muy feliz por eso”.
Desde hace tiempo la universidad cuenta con asesoría e intérpretes para personas sordas. Allí trabaja un equipo de profesionales y se ofrece también un Taller de Español escrito para quienes padecen dicha discapacidad, que les permite mejorar la escritura y la lectura, acorde a la carrera elegida.
Walter cuenta que al principio de la carrera tenía muchos compañeros oyentes y también sordos, pero que luego de a poco dejaron de cursar. “Yo les ofrecía mi ayuda para que no dejen, pero fueron abandonando la carrera y quedé solo yo, que continué a pesar de trabajar y estudiar, y estar un poco ahogado con todo eso”.
Primero probó con carreras en las se utilizaban mucho los números hasta que se dió cuenta que no era lo suyo. Y rápidamente se interesó por la Administración.
La virtualidad fue un nuevo desafío: “Estaba bien porque había que cuidarse, pero eran todas clases con zoom, no teníamos contacto con otros compañeros, con los docentes, así que eso también fue un aprendizaje”, sostuvo Walter, que en un primer momento se preocupó hasta que los escollos fueron superándose.
Hoy admite que todo lo que le dio la carrera «es positivo». «Me ayudan muchísimo en mi formación y me doy cuenta que eso me cambió la vida. Me siento muy agradecido con esta institución que me formó, que se preocupó por mí y me dio un montón de cosas muy buenas e interesantes que se vinculan con mi trabajo. Por eso siento que me he formado bastante bien”.
«La experiencia de cursar en la UNAJ fue muy buena, es difícil para las personas sordas, pero no es imposible. Hay que tomar coraje, tener fuerza y animarse. Yo a veces no tengo ganas porque me falta tiempo, porque estoy ocupado, trabajo, pero la verdad es una experiencia buenísima y muy interesante”, añadió y destacó la importancia de mostrarle «a otras personas sordas que es posible estudiar una carrera universitaria, si yo pude, ellas también. En el aula los docentes tienen muchísima paciencia, se dan cuenta. Por ahí es el primer contacto con una persona sorda, igualmente es un esfuerzo de ambos, pero se logra. A veces es más difícil y me tengo que esforzar un poco más, pero eso no importa, se puede aprobar o no, pero hay que continuar”.
“Yo les quisiera decir a las personas sordas que vengan a la universidad, que prueben, no importa la edad que tengan. Hay muchas personas en la universidad que te podemos ayudar para que continúes, podés elegir algunas materias y van a mejorar tu futuro. Yo elegí una carrera y ahora con el título le puedo dar más calidad a mi trabajo. Ahora voy a seguir para obtener la licenciatura”, prometió.
Oportunidad
Justamente, Fernando Makotrinski es Asesor Sordo y trabaja dentro del equipo de Idiomas. “En este equipo tratamos de dar herramientas y trabajamos con los materiales de cada carrera, accesibilizándolos en lengua de señas. Buscamos adaptar lo que envían los docentes y ayudar a los estudiantes a que puedan avanzar”. Y agregó: «nuestro objetivo es que las personas sordas sepan, cada vez más, que pueden recibirse de cualquier carrera, trabajar y hacer lo que más les guste. Estamos muy contentos porque tenemos el primer estudiante sordo, el primer graduado en la UNAJ. Él es un referente, un modelo para que la comunidad sorda vea que podemos estudiar y se puedan sumar”.
Acosta tiene muchas otras actividades que vale la pena destacar, entre ellas estuvo coordinando los Talleres de Lengua de Señas Argentinas con perspectiva de géneros y diversidades en la Ong «Amigxs X la Diversidad». «Nos enorgullece el logro obtenido gracias a su dedicación, perseverancia y a las políticas de inclusión que viene llevando adelante la UNAJ», destacaron los miembros de esta asociación.
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