También hay muchos que migran de una escuela a otra buscando precios mas competitivos. La educación es un tema que trae cada vez más preocupación entre los padres y muchos se ven frente a una gran encrucijada.
La matrícula de los colegios que tienen mayor subvención por parte del Estado, siempre esta completa frente a la de otros establecimientos educativos donde el arancel es más alto, y donde la incertidumbre crece. Es que hay una disparidad enorme. Mientras que los primeros están cobrando entre 2000 y 3000 pesos- es el caso del colegio Pio XII, La Merced, Instituto San Martín, entre otros- quienes no tienen las mismas ventajas de estar subvencionados pueden variar entre 4000 y 8000 pesos- Instituto Martín Güemes, Instituto Almirante Brown, Escuela Privada Florentino Ameghino- según la cantidad de horas en contra turno que despliegan. También hay una marcada diferencia entre lo que cobran en el nivel inicial, primario y secundario.
Según los directivos consultados, las bajas se producen por el incremento de las cuotas y los padres que no quieren seguir endeudándose resuelven cambiarlos.
Recientemente se dio a conocer un informe que incluye la situación que se vive en establecimientos de la Ciudad y la provincia de Buenos Aires. El mismo estima que los colegios privados perdieron en lo que va de este 2019 más de 250 mil alumnos, debido a la crisis económica que derivó en importantes incrementos en las cuotas de los establecimientos.
En Berazategui, la situación no es diferente. Mientras que los colegios que están bajo la órbita del Obispado que disponen de una ayuda mayor de parte del Estado, para abonar los sueldos docentes, por ejemplo, tienen sus inscripciones prácticamente cerradas por falta de lugares. Mientras que otros colegios más caros, esperan poder completarla en el transcurso de estos últimos meses del año.
Por otro lado, hay una gran preocupación en las escuelas secundarias publicas ya que en muchos casos intentan absorber a esa gran cantidad de alumnos que provienen de colegios privados y cuyos padres no pueden mantener las cuotas, pero no pueden. Por lo mismo, en cada una de las inscripciones hay largas colas esperando ser contenidos en el sistema estatal y no siempre es posible, ya que según docentes, «el sistema no esta preparado para el éxodo. Entonces comienzan a verse gran cantidad de padres acampando en las puertas de los establecimientos buscando un lugar.
Ya es común que chicos que cursaron el jardín y el primario en escuelas privadas hoy estén buscando vacantes en escuelas publicas para concretar el nivel secundario.
En una reciente encuesta de Educación orientada exclusivamente a la enseñanza privada en niveles primario y secundario, quedó acreditado que la recesión y la crisis golpearon fuerte a la matrícula de escuelas privadas bonaerenses.
La enseñanza privada pasó de tener 1.160.000 alumnos a comienzo de 2019 a 910.000 en septiembre del corriente año. Hubo una pérdida neta de 250.000 estudiantes, primarios y secundarios en Capital Federal y Provincia de Buenos Aires en los primeros nueves meses de 2019, lo que supone unos 4.000 desocupados entre maestros y docentes especializados y regulares en ambos niveles educativos.
De los 250.000 alumnos que dejaron el colegio privado, 150.000 están en la Ciudad de Buenos Aires y 100.000 en el Conurbano bonaerense.
«Con todos los propietarios de establecimientos privados que hemos conversado nos manifestaron su preocupación ante la profunda recesión que padece nuestro país desde hace más de un año. Lo que no les permite ser ni remotamente optimistas de cara al próximo ciclo lectivo 2020 cuyas preinscripciones están comenzando con serias bajas», sentenciaron los profesionales.
«Es un golpe muy fuerte, tanto para el primario como para el secundario. En este caso tomamos sólo a la gente que deja la escuela privada y pasa a la pública pero hay otro dato, el de los alumnos que pasaron de un colegio a otro más económico» expresaron los especialistas.
La realidad objetiva es que mucha gente se quedó sin trabajo, aguantó el primer mes y el segundo, pero se les hizo insostenible. Y los mismos dueños de los colegios les recomiendan que, si no van a enviar a sus hijos el año próximo, que los cambien para no seguir incrementando la deuda, y esto pasó hasta en los colegios más baratos.
Con esta situación en muchos colegios privados tuvieron que implementar un comité de crisis para morigerar la pérdida, que podría haber sido peor, redujeron la cantidad de docentes, y, los que pudieron, trataron de aguantar el aumento de la cuota. Un comportamiento empresario, con un poco más de visión de la gente, bastante diferente al que tuvieron las empresas de medicina prepaga.
En cuanto al futuro, nada se sabe. Con gastos de matrícula y aumentos que pueden alcanzar el 30 por ciento para el próximo ciclo se estima que mucha más gentes puede dejar la escuela privada e intentar buscar una vacante en las escuelas públicos, algo que tampoco es sencillo.
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