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Precios descontrolados | lapalabradeberazategui.com.ar

Sin duda, en esta oportunidad fue la carne vacuna la que registró el incremento más fuerte, y es por eso que muchos de los consultados se inclinan más por comprar carne porcina o pollo en reemplazo de la anterior, en detrimento de los gustos populares. «Antes las carnicerías casi no vendían pollo, porque lo hacían las granjas. Y los cortes de cerdo eran mínimos. Hoy vendemos de todo, hasta productos elaborados, huevos y pescado. Cambiaron las costumbres y bajó muchísimo el consumo de carne vacuna en los últimos años. En el último mes tuvimos un incremento de alrededor de 100 o 150 pesos por corte, lo que es muchísimo. Lo que notamos es que al principio la gente se daba el gusto igual y compraba menos; hoy busca otras alternativas. Las promociones de pata muslo o hamburguesas son las más pedidas hoy en día», aclaró Luis, carnicero desde hace 22 años.

En las verdulerías sucede algo similar. «La gente compra los productos de estación. Si es caro ni siquiera lo traemos porque terminamos tirándolo a la basura. Antes queríamos tener un poco de todo, pero nos dimos cuenta que no se vende. Si el tomate está caro, traigo uno o dos cajones, si está en precio traigo 20. En la fruta lo mismo, traigo las que más se consumen: manzana, banana, naranja, pero si la ciruela o la uva está cara evito traer», indicó Bastian, quien desestimó la venta de muchas frutas y verduras que antes se vendían por más que fuera alto su valor. «Si el kiwi está por las nubes solo traigo medio cajón para los antojadizos. Pero si el morrón, que casi todo el año está incomprable, está barato, lleno la verdulería de morrón, porque la gente lo freeza o lo cocina, y lo pone en aceite».

Otro de los rubros más castigados por los aumentos son las almacenes. «El kilo de yerba esta 340 pesos, la leche 64 pesos, el aceite de litro y medio 350 pesos. Todo es una locura, si traes mil pesos no llevas nada…es una vergüenza», rezongó Silvia. En este sentido y tal como ya mencionamos en notas anteriores, muchos consumidores se han acostumbrado a comprar en forma mensual en mayoristas o cuando se proponen ofertas. También los descuentos con tarjeta de crédito son muy bienvenidos. El problema surge con muchos que no tienen la posibilidad de trasladarse adonde están las grandes ofertas o no poseen medios crediticios. «Si vas a la almacén del barrio la mayoría te castiga por algún lado. Una leche te puede costar 80 pesos o una manteca 140, sin anestesia», alertó Sandra.

Todos los aumentos son justificados por los comerciantes por el incremento de los combustibles, cosa que en este país siempre estuvo estrechamente ligado. Sin embargo, muchos consideran que «se les fue la mano esta vez» y que «si fuese así deberían haber subido todos los productos  en general», pero a la vista está que hay algunos fabricantes y distribuidores que han podido soportar el simbronazo y que escuchan primero el reclamo de la gente.

Muchos vecinos van tras las ofertas y tratan de stockearse, no solo por los descuentos, sino para evitar salir en esta situación de pandemia. Sin embargo, en algunos casos también cuenta la escasez de algunos productos que tienen un límte de compra.

El problema, como ya dijimos,  sigue siendo para quienes tienen restricciones para trasladarse adonde están las ofertas y deben depender solo de comercios que no tienen ningún control o cuyos precios siempre están por las nubes. Por el momento, la única solución es evocar a Lita de Lázzari cuando pedía a las amas de casa «caminar» para buscar los mejores valores.

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