En los últimos días se registró un nuevo incremento en el precio del pan y sus derivados, lo que ha despertado una enorme preocupación, no solo entre clientes, sino también entre los comerciantes. La noticia llega en momentos en que las ventas se han desplomado y las jornadas de celebración, como el último Día de la Madre, no han llevado respiro a un sector que atraviesa una profunda crisis desde hace meses.
Gabriel Miño, dueño de la panadería «Don Santiago», ubicada en la avenida Bemberg y calle 143, en Hudson, sostuvo que el sector atraviesa «momentos de terror» dada la caída en las ventas y la poca ayuda que han recibido del Estado. «En cuanto a las ventas, cayeron entre un 35 a 40 %. La gente ya no compra como antes: el que antes (de la pandemia) venía por un kilo de pan, ahora compra medio kilo, o lleva lo mínimo para consumir en el día. Ni hablar de las facturas y los bizcochitos, que se venden muy poco y sólo los fines de semana», informó. El comerciante indicó que en su comercio el kilo de pan cuesta $90, un precio irrisorio dado que debería estar ofreciéndolo a $110 o 120 pesos. «La bolsa de harina aumentó de $664 a 740 o hasta $798, dependiendo el proveedor. Si tengo que trasladar ese aumento a mis productos no vendo nada», asegura.
En efecto, los panaderos de Berazategui relevados por este medio coincidieron en que el aumento en la bolsa de harina repercute enormemente en las ventas en sus locales. Eso, sumado a que mucha gente afectada por la pandemia dejó de comprar o lo hace sólo con aquellos productos indispensables, ha generado que las panaderías más chicas hayan cerrado y que aquellas con más respaldo sobrevivan con lo justo. «Hay colegas que tuvieron que cerrar, yo por suerte tengo que agradecer que pude mantener mi trabajo y el de mis empleados, aunque a costa de endeudarme y sin recibir ninguna ayuda del Estado, porque no tuvimos ATP, no nos dieron ningún subsidio y el municipio nos sigue cobrando todos los impuestos. Eso sumado a que hay que pagar las cargas sociales, los servicios… es muy difícil lo que estamos viviendo», agregó Miño.
Ariel Bolaño, de El Trigal, coincidió con su colega en que la actividad atraviesa una grave crisis no sólo por la caída de ventas, sino por los aumentos de materia prima. «Estamos ganando cada vez menos, porque la gente consume menos y porque el proveedor nos vende más caro. Es una situación en la que no tenemos margen de maniobra porque, por un lado, tendríamos que aumentar los precios en el mostrador, pero si hacemos eso no le vendemos a nadie», explica.
En este marco, el kilo de pan en los comercios consultados ronda entre los 90 y 95 pesos; las facturas cuestan entre 220 y 240 pesos la docena y los bizcochitos de grasa a 50 o 55 pesos el cuarto de kilo. «Son precios muy bajos para panaderías de barrio, pero así y todo se vende muy poco», sostiene Miño, quien avizora un panorama sombrío para el sector: «En doce años que estamos con la panadería este es el peor por lejos. Nunca vivimos algo así, sobre todo porque esperábamos que fuera un año bueno, pero lamentablemente en este país siempre ganan los mismos, los grandes empresarios, mientras que los pequeños comerciantes sobrevivimos como se puede», concluye.
Cabe aclarar que, al cierre de esta nota, sólo cuatro panaderías de Berazategui figuraban en el listado del Programa de Precios Solidarios de la Municipalidad: Macarena (ubicada en calle 138 al 900), donde el kilo de pan costaba $90; Anguita (calle 24 al 5900), a $70 el kilo; La Italiana (Italia 5200) a $80 y La Primera (Antártida Argentina al 600) con el kilo de pan francés a $90 (Los precios eran oficiales hasta el 22 de octubre).
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