Una preocupante señal dio el oficialismo en ese sentido, buscando condicionar estas  libertades con un inciso que incluyó dentro del proyecto de reforma judicial que esta semana trata el Senado de la Nación.
Se la denominó en los medios como “enmienda Parrilli” y aparece como el inciso e del artículo 72 del proyecto de ley de Reforma Judicial propuesto por el Gobierno. Es que Oscar Parrilli fue su promotor en el trabajo en comisiones que realizó modificaciones al proyecto. ¿Qué dice? que los jueces deberán comunicar al Consejo de la Magistratura acerca de «cualquier intento de influencia en sus decisiones por parte de poderes políticos, económicos o mediáticos, miembros del Poder Judicial, Ejecutivo o Legislativo, amistades o grupos de presión de cualquier índole y solicitar las medidas necesarias para su resguardo».
Es claro que esta cláusula representa la intención del kirchnerismo de limitar a los medios de comunicación, a quienes consideran su principal enemigo, lo que había quedado claro durante las gestiones de Néstor y Cristina Kirchner, disputa a la que todos asistimos públicamente. Y que hoy vuelve a aparecer, con un doble juego: Cristina lo expresa, a través de Parrilli en este caso y Alberto Fernández lo desmiente, negando públicamente haber conocido el inciso y su intención. Una puesta en escena de la que todos nos permitimos dudar.
¿Por qué este punto de la reforma pone en peligro la libertad de prensa? En Argentina la Constitución nacional en su Artículo 14 garantiza el derecho de una persona o grupo de personas asociadas en torno de un objetivo común a expresar libremente lo que piensa sobre un tema, más aún si se trata de un tema de interés público. Esto significa que afortunadamente y como un gran logro de muchos, podemos opinar públicamente sobre todos los temas, dependan de la decisión de un juez o no. Nunca esa opinión debe censurarse. Si al opinar desde un medio de prensa influimos en la decisión de un juez o no, de ningún modo eso puede conducir a ningún tipo de censura.
Ya levantamos la voz para que sea la política la que reflexione y dé marcha atrás con este intento de limitar la libertad de prensa y opinión. También lo hicieron constitucionalistas y el mismo Presidente asegura que no la avala. Esperamos que prime la defensa de la democracia y de la libertad, que tanto nos costó -y nos sigue costando- construir a los argentinos.

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