Yasmín tiene 35 días de vida y padece Síndrome de Treacher Collins, un trastorno genético que no permite el desarrollo de algunos huesos y tejidos del rostro. Su familia necesita un lugar que esté en condiciones para vivir y continuar el tratamiento, por lo cual recurren a la comunidad para obtener ayuda.

Estefanía, la mamá de la niña, contó que actualmente la beba permanece internada en el hospital Gutiérrez del barrio porteño de Palermo y que no pueden llevarla a su casa porque hay una construcción lindera que levanta polvillo y humedad, algo que podría ser perjudicial para Yasmín. «Vivimos en Berazategui, en el límite con Ezpeleta. La casa no es apta para que mi hija continúe su tratamiento, por lo cual apelamos a los vecinos y conocidos para conseguir un lugar, ya que, además del Síndrome de Treacher Collins, Yasmín está traqueotomizada», explica.

El Treacher Collins es un síndrome que afecta el desarrollo de los huesos de la cara antes de que nazca un bebé y se debe a una mutación genética (un cambio en el ADN de una persona) cuyos principales síntomas pueden ser leves o graves, y afectan a un miembro de la familia mucho más que a otro. Esos síntomas pueden ser tan leves que un progenitor puede tener la mutación, pero no darse cuenta de sus síntomas (baja penetrancia) hasta que la mutación pasa a un hijo suyo que presenta síntomas mucho más evidentes (alta penetrancia).

En cuanto al tratamiento, este debe empezar desde el momento del nacimiento. Los recién nacidos con síndrome de Treacher Collins pueden tener problemas para respirar porque sus vías respiratorias son estrechas, por lo que algunas posturas, como estar acostados boca abajo (sobre el estómago), los puede ayudar a respirar con más facilidad. Para los problemas respiratorios graves, un niño puede necesitar que le introduzcan un tubo en la tráquea (tal es el caso de Yasmín). Algunos bebés, además, tienen problemas para alimentarse, sobre todo cuando el síndrome interfiere en la respiración. Por lo tanto, pueden necesitar un tubo de alimentación que les vaya de la nariz al estómago.

De momento, Estefanía y su marido no cuentan con ingresos fijos ni suficientes para abonar un alquiler, por lo que lo ideal sería un pago mínimo o, mejor aún, un espacio donde les permitan vivir sin pagar. «Mi marido está sin trabajo y no tenemos ayuda del Estado. Hemos hablado con Servicios Sociales de la Municipalidad de Berazategui, pero nos dijeron que no nos pueden ayudar», sostuvo la mujer. «Hasta ahora hubo mucha gente que nos ayudó con los insumos y donaciones, pero necesitamos un lugar en condiciones donde ella pueda continuar su tratamiento». Quienes puedan colaborar con la familia, pueden comunicarse directamente con Estefanía al 11-3108-1963.

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