La pandemia obligó a todas las escuelas, públicas y privadas, a implementar un improvisado sistema virtual de enseñanza, que en la mayoría de los casos puso en evidencia ante las familias qué y cómo se enseña en la escuela.
Una notoria falta de herramientas pedagógicas obliga a madres, padres y tutores a hacer las veces de docentes, explicando consignas y contenidos, tratando de incluir dentro de la vida hogareña actividades escolares y rutinas extraordinarias. Las escuelas privadas siguen cobrando las cuotas, que ya evidencian una morosidad preocupante para el sector. En la escuela estatal se utiliza una plataforma administrada por el Ministerio de Educación nacional, que nadie se anima a cuestionar públicamente dado lo inédito de la situación.
Tanto el Ministro de Educación nacional como el Presidente fueron claros: en el contexto de la pandemia de Covid-19, la vuelta a clases no es una preocupación y tampoco una prioridad. Esta semana se supo que no habrá calificaciones durante este período y que la evaluación sólo será conceptual. Es que reconocen que existe una desigualdad absoluta entre los alumnos, afectada por el acceso a dispositivos como computadoras o tablets, a la conexión a Internet y por sobre todo, el acompañamiento familiar en cada caso.
Que esto esté ocurriendo también en el resto del mundo no debe impedir que hagamos una profunda reflexión sobre qué y cómo aprenden nuestros hijos y nietos. Sobre cuál es la calidad y compromiso del docente que hoy tienen del otro lado de la pantalla. Y cuáles son las herramientas pedagógicas que recibió ese docente para enseñar a una generación que nació con Internet y que maneja mucho mejor un celular que una lapicera.
El regreso a clases presenciales está siendo evaluado para los meses de agosto o septiembre. Y se sigue de cerca lo que están implementando en Europa en esta etapa: cursos divididos con distanciamiento social y clases presenciales combinadas con virtuales. Y una prioridad para primero y segundo grado de primaria, y para quienes culminen este ciclo y el secundario. Este proceso será acompañado, según analiza el Gobierno nacional, de entrega de notebooks a alumnos que no las posean.Las crisis son siempre una oportunidad para crecer y mejorar. En materia educativa, nuestra escuela requiere de una incorporación de herramientas pedagógicas acordes al uso de las nuevas tecnologías, no sólo para resolver la distancia física, sino para dialogar con personas nativas de la era digital, que ya hablan ese idioma, uno muy diferente del que hoy hablan nuestros docentes.
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