A la par, en estos días se presentó el proyecto en la Cámara de Diputados bonaerense para pedir a las diferentes asistencias médicas que incorporen estos protectores solares en sus prestaciones.

La iniciativa fue anunciada en conferencia de prensa por el ministro de salud bonaerense, Daniel Gollan, y el viceministro Nicolás Kreplak, que detallaron la producción estatal de protectores factor 30. Y aseguraron que medirán la capacidad productiva del Instituto Tomás Perón para realizar este tipo de producto, el cual ha sido uno de los que más aumentó en los últimos años: para acceder a los mismos hay que abonar a partir de $500 según la marca que se elija. «No puede ser que el acceso se deba a una cuestión económica», dijo Kreplak.

Asimismo, se presentó un proyecto en la Cámara de Diputados bonaerense para solicitar que los distintos tipos de cobertura médica incorporen a los protectores solares dentro de sus prestaciones asistenciales. Esta vez se trató de un plan propuesto por la diputada Vanesa Zúccari (Juntos por el Cambio) y que alcanzaría al Instituto de Obra Médico Asistencial (IOMA), las obras sociales y las empresas de medicina prepaga instaladas en la provincia de Buenos Aires. El objetivo es conseguir algún tipo de descuento para este tipo de productos costosos.

Dicho proyecto se expuso teniendo en cuenta que la exposición prolongada al sol puede generar graves problemas cutáneos, por lo que es muy importante conocer los riesgos relacionados con la radiación solar, así como también sobre el buen uso del protector solar, en una época en la que las temperaturas son elevadas. Así el ministerio se guió por las especificaciones profesionales de producir factor 30.

«Coexiste conciencia en la comunidad médica internacional y argentina sobre las consecuencias negativas que tiene la indebida exposición al sol sobre la salud y la dermis, siendo la causa más común de cáncer de piel, entre otras enfermedades», dijo Zúccari.

De acuerdo a las recomendaciones de los profesionales médicos, la dosis adecuada para el cuerpo promedio de un adulto es de 35 ml de protección, en tanto que para un niño es de 20 ml. Pero no basta con una única aplicación media hora antes de la primera exposición solar del día: es necesario que se replique cada hora y media o después de zambullirse en el agua o transpirar mucho.

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