La intención es que Precios Justos sea una política complementaria de Precios Cuidados para tener un control más estricto y prevenir aumentos permanentes que no solo impacten en los bolsillos, sino que suman a un clima de imprevisibilidad para el consumidor y de descontento general.

Hay que recordar que Argentina es uno de los países con la inflación más alta del mundo y solo la supera Venezuela, aún en medio de una crisis post pandemia agravada por la guerra de Rusia y Ucrania, que impactó hasta en las economías más sólidas.

El control de precios en economías de libre mercado, de libre ejercicio del comercio, nunca lleva a buen puerto. Es como poner un dique de contención, frena hoy pero mañana, cuando se abra -y en algún momento habrá que hacerlo- el agua correrá con fuerza y elevará el nivel en todos los lugares.  

Nuevamente el desafío es generar condiciones de confianza para que el que produce, el que reparte y quien vende al consumidor final no sientan la necesidad de aumentar “por las dudas” para cubrirse y no perder. Pero la situación política del actual gobierno parece cada vez más lejos de generar confianza, aunque las noticias sobre las gestiones de Sergio Massa en el exterior así lo muestran, el clima interno señala otra cosa.  

Hay otro problema que impacta en los precios y es el cierre a las importaciones de insumos y productos. El rubro textil es uno de los más protegidos por el Estado argentino porque genera trabajo. Esta semana el Ministerio de Economía avanzará con la apertura de importaciones y la eliminación de beneficios que actualmente protegen a ese sector, para frenar el aumento de precios de la ropa. 

Preocupa el excesivo incremento en los valores de las prendas de vestir, sobre todo el registro del IPC, que en agosto había reflejado una suba de precios del 9,9%, un 2,9% por encima del promedio de 7% informado por el INDEC para dicho mes.

El 22 de septiembre la Secretaría de Comercio había anunciado un acuerdo con más de 40 empresas para volver a los precios de los primeros días de septiembre y congelarlos hasta el 1° de diciembre. Pero en septiembre se volvió a arrojar un incremento de precios por encima del promedio: hoy el aumento interanual es del 118%, superando a la inflación.

Aunque su producción genera beneficios a nivel laboral, el costo de las prendas alcanzó límites impensados para el usuario promedio. Es por eso que una de las opciones que baraja el ministro Massa es implementar una apertura a la importación para generar una reducción en los precios.

El control de precios en nuestro país no tiene una buena historia. Y los acuerdos requieren consensos que hoy parecen estar muy lejos de poder alcanzarse. La falta de un Plan Económico explícito y la improvisación permanente contribuyen a este clima de incertidumbre.

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