«Tenemos una situación angustiante. Hay muchos emprendimientos que están cerrando y gente que se está quedando  en la calle. Esto es real, está pasando en todo el mundo y los empresarios tampoco tienen la culpa, porque no tienen dinero para pagar sueldos, ni impuestos, ni cargas sociales si no pueden trabajar. Tanto el sector gastronómico como el turístico están paralizado. El año pasado fue terrible y con los pocos meses de verano no llegaron a recuperarse. La pandemia nos castigó duro», admitió el dirigente muy preocupado, al tiempo que opinó: «igualmente creo que una vez terminada esta etapa vamos a salir adelante, con mucha paciencia, claro, porque a la gente le gusta salir, comer afuera, juntarse con amigos, seres queridos y pasear. Solo hay que esperar un poco más a que la vacuna llegue para todos».

De acuerdo al protocolo actual los negocios dedicados a la gastronomía pueden permanecer abiertos hasta las 19, pero luego de ese tope pueden seguir brindando el servicio de delivery o despacho de comidas hasta las 23 horas. «El problema es que con esta modalidad no se pueden cubrir ni siquiera los gastos. Con el delivery no se hace ninguna diferencia. Por eso no todos lo adoptaron. Para muchos significa más gastos y más riesgos».

Luego de las últimas medidas adoptadas por el gobierno los comercios dedicados a la gastronomía resolvieron reinventarse y apostar a trabajar fuerte en horas del mediodía. «Están intentando atraer a la mayor cantidad de clientes en ese horario, pero la gente no estaba acostumbrada. Por otro lado ahora viene el invierno y si hay que comer afuera hay comensales que no quieren. Hace frío y hay mucha inseguridad. Adentro los salones tuvieron que sacar muchas mesas, ya que solo se puede ocupar el 30 por ciento del espacio disponible. Son todas cosas que nos afectan y mucho».

Otro de los aspectos en que Geneiro puso énfasis es en la situación económica, a la que calificó de «comprometida». Dijo que «la inflación comió los sueldos de todos los argentinos. En el caso de los gastronómicos ha superado las paritarias. Es algo terrible, la inflación en nuestro país es un problema eterno, constante».

Se manifestó esperanzado al pensar en el después de la pandemia, consideró que «no debemos olvidar que este es un problema mundial, que ha afectado a todos los países» y reconoció que «frente a todo lo expuesto, el problema principal es que la gente tiene miedo y trata de salir lo menos posible por miedo al contagio».  Frente a esto explicó que hay «excelentes protocolos» tanto en el sector gastronómico como en el hotelero. «Cada uno sabe bien qué tiene que hacer y cómo se tiene que manejar», al tiempo que se refirió a las medidas que difundieron los profesionales del Instituto Argentino de Seguridad. «Fueron muy concisas las que permiten que se trabaje con todos los cuidados necesarios y no deja margen para los contagios».

Mencionó que «ante la situación actual el gobierno nacional no podía tomar otras decisiones, aunque nos molesten, para frenar los contagios» y recordó nuevamente el carácter global de la pandemia. «Hay restaurantes que  cierran todos los días. No es un problema exclusivo de la Argentina. Se suma que no hay reuniones sociales, ni casamientos, ni cumpleaños. Se han suspendido todo tipo de conferencias y convenciones. No hay nada».

Antes de terminar recordó el cierre reciente y al parecer definitivo del boliche El Bosque, ubicado casi en el límite entre Quilmes y Berazategui. «Allí trabajaban 70 personas, de las cuales 50 pertenecían a nuestro gremio, 50 familias quedaron en la calle en un momento donde es muy difícil volver a  encontrar otro empleo». Como este muchos emprendimientos tradicionales fueron cerrando y otros se mantienen solo «por amor propio», tratando de sostenerse «para no dejar más gente en la calle».

Geneiro repudió además el aumento de la materia prima, lo que hace que tampoco «se puedan mantener los precios por mucho tiempo y afecte los bolsillos de los argentinos»

Obra social

Por último y no menos importante, el titular de la UTGRA enfatizó que la mayor parte de los fondos que percibe el sindicato van para el mantenimiento de la obra social.

«El sindicato  esta tratando de administrar los fondos de la  manera más efectiva posible. Pensemos que cada vez son menos los aportes patronales y todos los meses es más caro mantener el área de salud. Casi todo el dinero va a parar a ese sector. Sabemos que el 50 por ciento de las atenciones médicas actualmente se hacen en el régimen de las obras sociales, y en ese sentido tenemos un compromiso irrefutable con los trabajadores».

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