El 20 de julio de 1969, el hombre pisó la Luna por primera vez. Y a Enrique Ernesto Febbraro (un ignoto odontólogo, músico y profesor de psicología) se le ocurrió una idea: conectarse con el resto del mundo a través del envío de cartas. Fueron casi mil mensajes los que envió. Todos a diferentes personas de diversos países. Se sentó a escribir desde Lomas de Zamora, donde residía, mil cartas a 100 países.

La respuesta no tardó en llegar y unos 700 individuos le respondieron, de esta forma, quedó instalada esa fecha como el Día Internacional del Amigo.

Febbraro, tenía una empatía muy grande con Edwin Aldrin, coronel de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, que descendió de la nave espacial Apolo XI y se unió a su compañero Neil Armstrong en la Luna. Aldrin también era masón como Febbraro.

Febbraro murió no  hace mucho, el 4 de noviembre de 2008. Y siempre decía que «la amistad es la virtud más sobresaliente porque es desinteresada de todas maneras». Y contaba que era una vieja ocurrencia “de cuando era locutor en Radio Argentina con Juan Monti».

 «El Gobierno nos daba una lista con las celebraciones que había que evocar todos los días. Era una cantidad enorme de fechas patrióticas, militares, políticas, pero no había ninguna virtud que se festejara. Le conté a Monti mi idea de festejar el Día del Amigo. Y él me dijo que lo hiciera, que él me iba a apoyar», recordaba.

Con los años su iniciativa comenzó a tener cada vez más éxito y cada 20 de julio los amigos que viven en la Argentina, Brasil, Uruguay y España se reúnen en casas, bares y restaurantes para brindar por su amistad.

 «Comencé a hacer tarjetas postales muy expresivas en las que le contaba a toda la gente que mi idea era que el 21 de julio fuera el Día del Amigo. Pero resulta que los estadounidenses se adelantaron en alunizar, así que tuve que ir al correo a corregirlas y cambiar 21 por 20, sostuvo el odontólogo argentino.

Lo cierto es que este hombre, visitó en varias oportunidades Berazategui y compartió reuniones con  abuelos y jóvenes a quienes contó cómo comenzó con esto una y mil veces. Y cómo después de esta propuesta le surgieron amigos que ni él imaginaba que podría tener.

Hoy, esta fecha se ha vuelto bastante comercial, y permite, como otras tantas en el calendario, mover el mercado de pequeños regalos y salidas grupales. Lo mejor es que no solo le dan vida a cierta parte de la economía un día, sino que las reuniones suelen hacerse desde un par de fines de semana antes, teniendo en cuenta la disponibilidad de cada lugar.

Este año cae sábado y se supone habrá muchas propuestas interesantes. Desde una taza de café (en lugares sencillos parten de los 80$ hasta los 150$ de acuerdo al lugar) hasta un menú con postre incluido (200 $ a los 350$). También se puede optar por la comida comprada para compartirla en un domicilio (una pizza 180$ a 250$ de acuerdo a la especialidad o empanadas desde 25 $ la unidad). A no olvidarse reservar  si se opta por sitios mas pequeños donde se puede disfrutar de mayor intimidad.

Lo importante es compartir algo, recordar momentos y disfrutar acompañado por las personas que uno elige.                                                                                                                                                                           

          

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