Este 1ro de Junio se celebró el Día Mundial de la Infancia, declarado así por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1956, para recordar a la ciudadanía que los niños son el colectivo más vulnerable y por tanto, el que más sufre las crisis y los problemas del mundo.

Es durante este día, cuando recordamos que todos los niños tienen derecho a la salud, la educación y la protección, y eso no puede depender del lugar del mundo en el que hayan nacido ¿Y cómo encuentra a la infancia argentina este día?: como un blanco de la crisis económica y social que el país atraviesa.

Según el último informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, el 41,2% de nuestros niños vive bajo pobreza estructural. Hablamos de 4,7 millones de chicos que están privados de algún derecho básico; graves problemas de alimentación y que viven principalmente en el conurbano bonaerense.

La grave situación que transita la Argentina golpea sobre todo a menores de 17 años. Estos datos tienen rostros y vidas atravesadas por la carencia, la marginalidad y el desamparo. Sus padres no tienen ingresos suficientes para alimentarlos bien, duermen en casas sin agua potable o cloacas, tienen problemas para acceder a la educación y escaso nivel de atención sanitaria.

Los niños son el futuro, todos lo sabemos. Día a día padres, madres y familiares hacemos todo lo posible porque nuestros hijos sean felices. Sin embargo, muchas decisiones macroeconómicas no tienen ese objetivo. Y cuando la economía no crece o peor aún, decrece, son los niños el sector más vulnerable.

En nuestro país, la situación se agravó en los últimos años. Según el trabajo de la (UCA): mientras que en el 2017 el 37,1% de los niños en Argentina estaba alcanzado por esta pobreza estructural, en el 2018 esa cifra llegó al 41,2% de menores cuyas familias no solo tienen ingresos insuficientes sino que además no están cubiertos por más de un derecho básico.

Para Ianina Tuñón, investigadora responsable del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la UCA, «la pobreza de los niños debe medirse más allá de los ingresos y visualizar todas las carencias que hay en la población menor de la Argentina que se incrementaron sustancialmente en los últimos años”

Del estudio se desprende también que  en el 2018 el 63,4% de los niños y adolescentes estaba privado de al menos un derecho y el 51,7% vivía en hogares pobres. Un 41,2% de la infancia era doblemente pobre (en el ejercicio de derecho y por pobreza monetaria). Esta doble carencia se incrementó entre 2017 y 2018 en 4,1 por ciento.

Este Día Mundial de la Infancia obliga a reflexionar, más que otros, sobre que país  elegimos sostener o construir todos los días. A cada uno desde su lugar de acción y, sobre todo, a aquellos a quienes les cabe la responsabilidad de decidir sobre la política económica, que puede incluir a todos o excluir a muchos. Es esa la reflexión que merece este día.

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