Luego de que el Ministerio de Salud publicó en el Boletín Oficial el nuevo protocolo para la Interrupción Legal del Embarazo (ILE), el obispado cuestionó la medida. Por su parte, La Palabra dialogó con el padre Ignacio Blanco, párroco de la Iglesia Santa María de Hudson, quien destacó la necesidad de una “legislación adecuada de salud pública”, y que » las iglesias deberían aceptar la educación sexual integral».
“No estoy a favor del aborto», aclaró el padre Ignacio, y afirmó: “Sí considero que hay que legislar en materia de salud pública, lo que dice la iglesia es una opinión, pero el debate debería darse con especialistas que tengan, por ejemplo, conocimiento de bioética”.
El protocolo para el aborto, quedó establecido por la resolución 1/2019, el ministro de salud, Ginés González García aseguró que se trata de una «guía de procedimiento» que cumple con todas las leyes vigentes y que responde a «cánones de la Organización Mundial de la Salud (OMS)».
En contraposición, la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) presentó un documento que expresa: » Nos hemos sentido sorprendidos por la presentación del Protocolo sobre el aborto, como uno de los primeros actos del nuevo gobierno. Nos duele y preocupa este modo de obrar que evita el razonable debate democrático sobre la tutela de la vida, el primer derecho humano». Y continúa: » No somos anti-derechos los argentinos que estamos a favor de la dignidad y el valor sagrado de toda vida. En comunión con tantos creyentes y ciudadanos de buena voluntad esperamos la revocación del protocolo».
Al respecto el cura de Hudson dijo: “El ministro subrayó una normativa que ya estaba, la iglesia lamentó la vigencia de dicho protocolo, y ahí se dieron varias opiniones; pero insisto que la disputa merece una reflexión más profunda».
«En todas las capas sociales hay abortos, se necesita normativas de salud pública, porque es una problemática existente, que no se puede ignorar. Considero que la legalización del mismo, no es que las mujeres vayan a abortar en masas, nadie aborta alegremente, es un drama, es difícil y se lleva marca de por vida», indicó.
Además, el padre Ignacio reflexionó: «Las damas de pañuelo verde en su pedido marcan tres puntos: educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y por último, aborto legal para no morir. Creo que la iglesia debería acompañar adecuadamente los primeros dos puntos, tenemos una deuda en la enseñanza de educación sexual integral, tanto en nuestras parroquias, como en nuestras escuelas».
Por otro lado, pidió un “debate sereno” y expresó: “Tanto las personas militantes del pañuelo verde, como las de pañuelo celeste quieren la vida; creo que nadie milita a favor de la muerte. Debería darse un debate con respeto y dejar que sean los legisladores, quienes apliquen las medidas convenientes para el bien de la población».
Hay que señalar que, el nuevo protocolo está en vigencia y entre los puntos principales de la normativa se encuentra: todos los profesionales de la salud deben brindar información y orientación a las personas amparadas por el derecho a la irrupción legal del embarazo; la solicitante debe firmar un consentimiento, en los casos de que el embarazo haya sido originado por una violación se debe realizar una declaración jurada en la que la paciente exprese haber sido víctima de un hecho de ese tipo: en ninguna situación es necesario que describa los hechos ni que presente una denuncia policial o judicial; la historia clínica debe contener el detalle de todos los pasos realizados durante el proceso de atención. También, para realizar la interrupción del embarazo, se establece el tratamiento medicamentoso con misoprostol o AMEU. Asimismo, un profesional de la salud tiene derecho a ejercer la objeción de conciencia, notificarlo a las autoridades pertinentes, pero no podrá ejercer esa objeción si no existiera un profesional disponible para la práctica que debe realizarse de forma urgente
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