El 2022 tuvo un comienzo sangriento por siniestros viales. Sólo el 2 de enero, 13 personas fallecieron en distintas provincias por errores totalmente evitables. Y esto debe llamarnos a la reflexión tanto a conductores como a las autoridades que deben controlar y generar conciencia. 
Uno de los sucesos con más repercusión fue el ocurrido en los bosques de Palermo de la Ciudad de Buenos Aires, donde José Carlos Olaya González (32) salió del coche que conducía, retiró sus pertenencias y se fue del lugar sin mirar qué había sido de las cinco víctimas, que estaban pedaleando sobre la bicisenda, disfrutando del hermoso día domingo, hasta que este conductor las atropelló. Una de ellas, Marcela Bimonte (62), falleció por las heridas recibidas, y otras cuatro resultaron con fracturas graves debido al impacto del vehículo, que las atropelló a alta velocidad al subirse sobre la vereda. Con drogas en su cuerpo, según los resultados de la pericia, el conductor escapó de la escena abandonando a los heridos, que quedaron tendidos en el pavimento. 
Ese mismo día hubo un choque en la Panamericana de un camión que embistió una camioneta que se había detenido sobre la autopista. También volcó un auto en Mendoza producto de un choque frontal, por una mala maniobra de adelantamiento. Allí murieron 4 personas, una de ellas fue despedida del vehículo por no utilizar cinturón. 
Los relatos son trágicos y ponen en evidencia que la mayoría de las muertes en accidentes de tránsito en Argentina -unas 17 por día en todo el país- son evitables y causadas por errores humanos, imprudencias, distracción, cansancio o consumo de sustancias. 
Reflexionemos como usuarios de la vía pública, entendamos que el tránsito es un sistema dinámico que hacemos entre todos en interdependencia de los unos con los otros. Debemos estar alerta y atentos todo el tiempo, usar los cinturones de seguridad y los cascos, circular a una velocidad moderada, sin haber consumido alcohol ni otras drogas, etc. Nadie está exento de sufrir un hecho vial riesgoso. El desenlace final dependerá siempre de cada uno y de los demás. Asociaciones como Luchemos por la Vida trabajan intensamente para transmitir este mensaje.  
Esta semana el responsable de Seguridad Vial de la provincia de Buenos Aires falleció en un accidente, cuando su vehículo volcó en la Ruta 2, a la altura de Lezama, por motivos que se investigan. Un hecho tan trágico y llamativo como la muerte del ministro de Transporte el año pasado, también en un accidente sobre la Ruta 7 en San Andrés de Giles.   
Como dijimos nadie está exento, ni siquiera las mismas autoridades responsables de la seguridad vial. Necesitamos la implementación urgente de todas las medidas posibles para poner límites a estos comportamientos de riesgo, esto incluye concientizar y educar a la ciudadanía, en especial a los conductores de vehículos, controlar el cumplimiento de las normas, sancionar severamente a los transgresores, mejorar las condiciones ambientales y de infraestructura para minimizar los daños en casos en que el error humano suceda.

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