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Crisis en la UPA 10 | lapalabradeberazategui.com.ar

Los vidrios de la sede de la UPA Nº10 de Berazategui amanecieron destruidos después de los festejos por el  Día del Amigo. Desconocidos habían roto la entrada a piedrazos y a patadas,  y amenazaron al personal que se encontraba de guardia. Tremendo susto para ellos y mucha indignación de parte de los usuarios y vecinos que vieron como un lugar que presta un servicio público para la salud debió cerrar sus puertas hasta restablecer el orden. Sin embargo, la semana pasada, ante el miedo, los empleados decidieron no volver a abrir sus puertas ante tanto no se den las condiciones de seguridad necesarias.

Mientras tanto, los vecinos reclaman el servicio y debaten a quien corresponde realmente su administración. Los lugareños piden que “por favor se pongan en nuestro lugar y brinden contención y seguridad al UPA que tan necesario es para muchas familias”.

Según los empleados, era la segunda vez en un mes que sufrían violencia. “Pero en esta oportunidad fue mucho peor. No nos cuida ninguna autoridad. No hay personal policial porque no les pagan hace tres meses. Y los médicos renuncian por la inseguridad y porque tampoco les pagan a término.  Encima de todo eso estos inadaptados, que no les importa nada, pasan y rompen el lugar. Es terrible como estamos” se lamentó una enfermera que prefirió no dar su nombre.

“No estamos seguros si fue un enfrentamiento entre bandas de dos barrios, lo único que sabemos es que venían haciendo severos destrozos desde Bustillo hasta el barrio San Marcos, rompieron varios autos por lo que nos contaron y después apedrearon esta Unidad de Pronta Atención y atacaron los autos que estaban estacionados en el lugar. Fue una locura”.

Por lo que narran los empleados el hecho tuvo lugar alrededor de las 2 de la madrugada del domingo en la sede de Avenida Otto Bemberg y calle 147 y fue una verdadera batalla campal, con golpes de puños y piedrazos.

“Los muchachos andaban armados”, describió una empleada del lugar. “Lo que más nos asustó es que querían entrar y al tratar de evitarlo, nos amenazaron de muerte. Había muchos jóvenes que no sabían ni lo que hacían”.  En medio de los disturbios, los trabajadores intentaron resguardarse cerrando las puertas. “Se pusieron furiosos y comenzaron a tirar piedras contra los vidrios. Fue un caos. Todos sentimos que nos podrían haber matado”.

Algunos se quejan de la demora del móvil policial insistiendo en que la comisaria esta apenas a unas pocas cuadras. Otro en cambio agradeció a los uniformados “que evitaron una tragedia. No los paraba nadie” sostuvo una mujer que aún sufre de  un ataque de nervios al recordar la situación.

Un vecino explicó que “en esta zona del Upa muy seguido pasan estas cosas. Todos los fines de semana a la madrugada andan barritas de pibes rompiendo todo lo que tienen enfrente. Gritan y se pelean. Hace un tiempo que las cosas se les fueron de las manos a las autoridades y parece que hasta a ellos les da miedo circular. Pero tienen que poner un móvil principalmente en la Upa, los sábados de madrugada y domingos que andan alcoholizados o drogados. El Upa está muy inseguro y allí va gente a trabajar y enfermos y tienen que pasar por estas cosas…”

Según testigos los vándalos estaban en estado de ebriedad. “A piedrazos quisieron destruir los vidrios de un auto estacionado y al advertir que los estábamos mirando, los agresores comenzaron a intimidar a los empleados de la Upa. Empezaron a observar de manera desafiante y al instante comenzaron a romper los vidrios. Llovían cascotes de todos lados mientras nosotros buscábamos dónde refugiarnos «, contó Celia Blanco, una de las trabajadoras.

Por todo lo que paso, el servicio fue suspendido durante el domingo y se restableció recién el día lunes. Tenían previsto una reunión con el ministerio de Salud bonaerense a fin de solicitar urgente más seguridad, pero la decisión fue unánime: “Suspender la atención hasta nuevo aviso por hechos de violencia”.

Mientras tanto fuentes confiables contaron que la seguridad de la UPA se levantó hace 1 mes  porque “el ministerio no paga”  y que “hay efectivos que no cobran lo trabajado hace un año. Este año comenzaron el servicio en abril… pero pagan 100 pesos la hora y muchos no quieren arriesgar su vida por ese dinero y prefieren quedarse con sus familias”

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