Según el titular del INTI, Rubén Geneyro, el estudio se realiza a través de un escaner corporal 3D que permite tomar las medidas a cualquier persona a través de 16 cámaras infrarrojas en unos pocos segundos. La información va a un software que registra todas las medidas exactas.
Los voluntarios, todos mayores de 12 años, se inscribieron en la pagina del INTI. Previo a la toma de medidas se les realizó una entrevista en la que se les preguntó si hacen actividad física, si trabajan, etc. «Todo el proceso no dura más de 5 minutos y nos brinda información para sustentar la nueva tabla de talles que responde al cuerpo real de los argentinos», explicaron los profesionales, quienes argumentaron que en nuestro país se deben hacer al menos 15 mil muestras para que el estudio sea representativo, en base a una norma que se aplica a nivel mundial.
El Decreto 375/2021 reglamentó la Ley de Talles que lleva el N° 27.521, que establece la aplicación obligatoria en todo el país del Sistema Único Normalizado de Talles de Indumentaria, que hace a la fabricación, confección e importación. De esta manera la ropa comercializada por los distintos proveedores deberá respetar un sistema de talles, lo que permitirá que los consumidores puedan tener una referencia de talles de cualquier marca. Por otro lado, será la secretaría de Comercio Interior del Ministerio de desarrollo Productivo nacional la autoridad de aplicación de esta legislación y los reclamos de los consumidores podrán ser ingresados por Ventanilla Única de Defensa del Consumidor.
Quedan excluidas de la obligatoriedad de aplicación la indumentaria de alta costura o diseño de autor, las prendas confeccionadas a medida y los accesorios destinados a la protección de tareas laborales.
La pandemia había frenado el estudio. La Ley fue aprobada en el Congreso en noviembre de 2019 y fue el resultado de la lucha de mucha gente de todas las edades frente a la dificultad de encontrar ropa acorde a sus medidas. Diferentes asociaciones y organizaciones promovieron la diversidad de los cuerpos y pidieron una legislación nacional que permitiera salir de la escala de talles únicos o estandar. La ley había sido sancionada, promulgada, pero no reglamentada.
Consultados comercios y vecinos de Berazategui, se pudieron escuchar diferentes opiniones referidas a la nueva medida. «Depende de qué prenda sea, muchas veces no te quedan talles. No es un regla pero, por ejemplo, para ropa más informal generalmente no conseguimos talles grandes, más allá del 46 y 48 y muchas personas vienen a pedirlos. Entonces traemos otras prendas en esos talles para tener variedad, pero también después nos queda o tardas más en venderla», señaló Carolina, que tiene una tienda cerca del centro. «El tema es que no vemos justo que nos tengan que multar, porque de por sí la situación es delicada. Podríamos traer a pedido, por ejemplo, porque tampoco nos sirve tener la ropa de clavo. Lo que sí vemos es que la gente busca cada vez lucir más colores y modelos tan tradicionales, no importa su contextura física».
Por otro lado, Agustín tiene 28 años, mide 1,85 y pesa 135 kilos. «Nunca consigo nada que me guste. Todo es en negro y gris. Creo que los gorditos también nos merecemos lucir a la moda», rezongó. A Valeria, su hermana, le sucede algo similar. «Cada vez vienen más chicos los talles. Usaba 48 y ahora casi siempre tengo que comprar 52, cuando mi peso sigue siendo el mismo. El problema es que a partir del 48 te cobran más por ser talle especial. Y a veces cuesta casi el doble. Te aseguro que si pongo un 52 de hoy se adapta a una prenda 48 de algunos años atrás. Estoy de acuerdo con que controlen para poder tener más variedad a la hora de elegir y que no seamos estafados».
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