En un escenario económico atravesado por el constante aumento del dólar y una inflación desenfrenada, los comercios de diferentes rubros enfrentan preocupantes desafíos. Jugueterías, librerías, almacenes y otros negocios se ven afectados por la retención de mercadería por parte de mayoristas y distribuidores, mientras los precios se disparan y la incertidumbre crece.
Tras la devaluación creciente y la subida del dólar, los mayoristas y distribuidores, ante los constantes aumentos, optaron por frenar sus entregas, llevando a los comerciantes a un preocupante contexto. En los estantes de algunos comercios se ve la falta de productos, y sus dueños expresan que sus ventas han disminuido drásticamente debido a la falta de mercadería disponible. “Fui al mayorista a comprar golosinas para mi negocio y no me quisieron vender. No nos dejan trabajar”, expresó Loreley, comerciante de Berazategui.
Los precios cambian casi a diario, y los negocios minoristas se encuentran atrapados en un constante ajuste de sus listas de precios. «El día a día es chequear producto por producto antes de vender, porque podés salir perdiendo», lamenta otro de los comerciantes locales.
En las librerías, los precios han aumentado aproximadamente un 25%, mientras que en el sector de jugueterías, el aumento oscila entre el 20% y el 25%. Algunos vendedores intentan mantener un margen de ganancia reducido, como Jorge, dueño de una juguetería del distrito, quien afirma: «Nosotros solo estamos poniendo un 10% para poder vender tranquilos, por ahora. Esto es día a día».
Los proveedores, en muchos casos, comenzaron a cotizar productos en base al dólar blue, una práctica que ha causado desconcierto entre los comerciantes. «El proveedor de electrónica está cotizando a dólar blue, que no debería, porque se supone que importan con dólar oficial», critica también Jorge.
La preocupación no se limita solamente en lo económico, sino también en el estado de ánimo de la sociedad. La gente se encuentra angustiada y preocupada no solo por el futuro político, sino por su capacidad de compra y sustento diario. “Pánico” e “incertidumbre”, son las palabras que sueltan tanto comerciantes como consumidores.
A medida que las elecciones de octubre se acercan, los consumidores, comercios y sus propietarios continúan lidiando con una realidad económica desesperante. La normalización de las entregas de mercadería lleva un lento proceso, mientras los comerciantes se enfrentan a un constante ajuste de precios.
Hacé tu comentario