La adaptación a las clases virtuales para los estudiantes que no tenían acceso a la conectividad es todo un esfuerzo que refleja (y acrecienta) la desigualdad no solo entre estratos sociales, sino también entre colegios y los propios alumnos. El esfuerzo de los docentes y directivos muchas veces no alcanza para que los estudiantes asimilen los conocimientos, por lo que se impone la necesidad de recurrir a docentes particulares.
En un relevamiento entre docentes, profesores y familias queda en claro que aumentó la demanda del apoyo escolar, con clases desde sus domicilios (a la manera tradicional pero por Zoom o videollamadas) y hasta con “academias”, en donde los alumnos de diferentes instituciones interactúan para compartir contenidos y experiencias educativas. “Muchos de los chicos que tengo son de Primaria, que parecieran ser los más afectados por la falta de estimulación que aporta el aprendizaje grupal en el aula, pero sobre todo por la falta de acompañamiento pedagógico que en condiciones normales les aporta una guía de estudio para aprehender conocimiento”, sostiene Eduardo Pages, profesor de Literatura de nivel primario en escuelas de Berazategui y Wilde. “Lo otro que hay, y que me parece preocupante, es la falta de socialización con los compañeros, algo que es muy importante para todo estudiante, pero sobre todo para los del nivel primario, porque ese estímulo es vital para el niño”, indicó.
Respecto de las clases particulares, Pages señaló que desde abril de 2020 (días después del inicio de la pandemia) han ido creciendo las consultas para tomar clases particulares. “Ya en 2020 venían creciendo las consultas, pero este año se incrementaron exponencialmente, sobre todo por que se ha notado muchísimo que los alumnos avanzaron de año sin los conocimientos con los que llegaban antes; existe un temor razonable, creo yo entre los padres, de que el chico no asimiló los conocimientos como debía y se les dificultó el inicio de clases este año.
Patricia Rodríguez, profesora de Inglés en escuelas de gestión de privada de Berazategui y Florencio Varela, coincidió con Pages, pero destacó también otro punto importante a la hora del incremento del apoyo escolar a manos de profesores particulares, y es que “muchos papás y mamás no pudieron acompañar a sus hijos durante el proceso educativo, ya sea porque tuvieron que trabajar más o porque tienen otras obligaciones, o bien por que no tienen las herramientas para ayudarlos con el uso de las nuevas tecnologías, por lo que muchas veces terminan desistiendo y no ayudan al chico. Eso llevó a que buscaran apoyo escolar de profesores particulares, que muchas veces tenemos que ser mas guías y ordenadores del alumno que docentes encargados de solamente dotar del conocimiento para el cual nos contratan”.
El crecimiento de la demanda llevó también a un aumento en el valor de la hora que se paga a un profesor particular, que va de los 500 a los 1500 o 2000 pesos la hora. “Ha habido un aumento del valor de la hora, pero no tanto como debería ser”, explica Patricia; “Los valores no son altos, sobre todo teniendo en cuenta que el trabajo no se centra solamente en el contenido pedagógico, sino que casi siempre somos contención emocional de los alumnos, a la vez que ofician de asistentes en otros tópicos, como lo que explicaba antes del uso de las plataformas digitales”, aclara. En ese sentido, ambos docentes destacaron la necesidad de “seguir esforzándonos hasta el momento en que estén dadas las condiciones para regresar a las aulas”.
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