«Todavía estamos arrastrando deudas del año pasado, producto del anterior confinamiento, y sufrimos este nuevo cierre. Entendemos que la situación sanitaria es grave, pero también estamos transitando una crisis económica terrible. Tenemos que reconocer que este cierre nos encuentra peor que el año anterior. Y no es que estábamos bien antes de la pandemia, pero la inflación hace que tengamos menos poder adquisitivo cada día», indicó Alberto Bloise, presidente del Centro Comercial e Industrial de Berazategui.
Otro de los aspectos preocupantes es el pago de los alquileres. «Es muy delicado, hay comerciantes que no pudieron terminar de pagar las deudas del año pasado. Algunos comenzaron a achicar lo que debían, pero tienen una situación complicada con los aportes patronales, ARBA, etc. También hay que pensar del otro lado, que hay gente que tiene un local chico y vive de rentas. Por eso trato de ponerme en el lugar de los dos».
En ese sentido, Bloise reconoció que muchos comerciantes le confiaron que «acumularon cinco o seis meses de deuda en concepto de alquiler, que fueron arrimando algo de dinero al propietario pero que prefieron seguir manteniendo el pago de los sueldos antes que nada. Muchos están tratando de cumplir con eso, porque los empleados son parte de la familia. Hay gente que hace 20 años que está trabajando junta. El resto de las deudas tratan de ir trasladándolas mes a mes».
Como consecuencia de esta situación, tanto CAME como FEBA le pidieron al gobierno provincial y nacional alguna excepción o condonación de impuestos, reconociendo la gravedad del momento en que vivimos y los meses que no se trabajó.
«En vez de ir en forma individual quisimos ir todos juntos por medio de las instituciones que nos representan. Estamos esperando una respuesta», admitió el titular del CCIB.
Puso como ejemplo el grave momento que está viviendo el sector gastronómico. «Son los que peor la están pasando, y en muchos casos no tienen vuelta atrás. Creo que son los más perjudicados, es una locura, porque con el modelo que se planteó, el delivery ni siquiera cubren gastos muchas veces».
En cuanto al comercio local en general, los que no son esenciales están limitados al take away, que puede ser venta telefónica u on line, y después se pasa a retirar la mercadería por el local o se envía por correo.
«El comercio está respetando el sistema que está permitido hoy, pero me han contado que muchos están vendiendo la mercadería que tienen en stock solo para pagar sueldos. Y después no sabemos cómo van a continuar, porque no pueden reponer nada de mercadería, y no saben cómo van a llevar el negocio adelante», apuntó.
Más tarde informó que el Centro Comercial sigue teniendo las oficinas de cobro abiertas al público, «para poder seguir pagándole el sueldo a los empleados. Cumpliendo con todo el protocolo, como se debe, esperando que pase todo esto».
CAME difundió que en este período cerraron 50 mil empresas y se perdieron 140 mil empleos, por lo cual solicitaron «la suspensión de impuestos y clearing bancario» para que las pymes puedan sobrevivir durante los próximos confinamientos que se vienen este año.
Según la entidad «las micro y pequeñas empresas atraviesan una situación extrema por la caída de las ventas en el mercado interno y las constantes limitaciones, restricciones y cierres impulsados por el gobierno nacional y provincial», a lo que se suman las limitaciones legales como la prohibición de despidos o la doble indemnización, que terminan minando la liquidez de las firmas. Las entidades reclamaron «un gesto de la clase política» e hicieron hincapié en la falta de respuestas desde el gabinete de Alberto Fernández, ante el cual presentaron diferentes propuestas que nunca fueron respondidas.
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