Es probable y hasta acorde con la profesión, que D’Alessio haya sido fuente de más de un periodista y que incluso haya logrado engañar a varios. Medios de prensa con destacada trayectoria publicaron notas con su firma en carácter de columnista y no tendría sentido creer que conocían de quién se trataba.
El Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) y la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA), denunciaron desde el inicio de la causa que lleva adelante el Juez de Dolores Alejo Ramos Padilla, que estaba en peligro la libertad de prensa y ahora, con el informe de la Comisión Provincial por la Memoria, volvieron a levantar su voz para advertir el grave riesgo que corre el ejercicio de la prensa libre en nuestro país.
Es que la CPM desconoce por completo el oficio del periodismo y toma posición ideológica frente a ciertos periodistas, reconocidos y con años de experiencia. Y hasta realizó análisis y seguimiento de la información y opinión publicadas, con conclusiones en tono acusatorio, señalando que D´Alessio “instaba a diferentes periodistas a que la información colectada y analizada de manera ilegal sobre sus ´blancos´de investigación fuese publicada”.
Daniel Santoro, uno de los acusados por la CPM y procesado por Ramos Padilla, afirmó sobre el informe que la comisión “cometió varios errores” para acusarlo de articular sus notas de investigación con las actividades de D´Alessio. No citó su descargo judicial, descalificó su trabajo profesional, y lo involucra en extorsiones y supuestas operaciones de espionaje.
Para ADEPA “pretender que un organismo gubernamental audite la tarea periodística contradice la esencia misma de la libertad de prensa, vulnera la Constitución y desconoce los tratados internacionales”. Y además, fue el Juez Ramos Padilla quién solicitó a la CPM dicho informe. En tanto FOPEA advirtió que estos son pasos “hacia la criminalización del periodismo profesional en la Argentina”.
Atacar las prácticas que vinculan a los periodistas con sus fuentes es alimentar campañas de hostigamiento y persecución. Las fuentes, son una herramienta para obtener información y de ninguna manera puede un periodista responder por las acciones de sus fuentes. No existe responsabilidad del comunicador sobre los actos de una fuente ni tampoco obligación alguna de revelarla.
Esta semana incluso se pidió desde el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), la intervención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y lo hizo su titular Silvana Giudici.
Que haya tantas voces advirtiendo este peligro debe hacer reflexionar a los distintos actores del caso y revisar el enfoque de la investigación judicial, para no sentar un triste precedente para la democracia que tanto nos ha costado recuperar y sostener a los argentinos.

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