El mes crítico fue abril, cuando la implementación del aislamiento estricto provocó bajas de hasta el 80% en los surtidores bonaerenses. A partir de mayo, en cambio, hubo un repunte que se extendió al mes de junio, con incrementos de hasta el 40% de las ventas gracias a algunas flexibilizaciones de las actividades. Sin embargo, ese repunte duró poco y en julio y agosto la caída, aunque mínima, se notó en la facturación de las estaciones.
Según informó días atrás CECHA (Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina), las ventas de combustibles a nivel país están un 27,7% por debajo de las que se registraban antes de la pandemia. En julio, la entidad ya había alertado sobre esta situación, señalando que, además, los consumidores cambiaron combustibles Premium por Súper. “La recuperación de las ventas dentro del sector de los combustibles, uno de los más afectados por la cuarentena, se frenó en julio y hasta comenzó a mostrar un retroceso luego de tres meses consecutivos de alzas”, indicó la entidad.
En diálogo con este medio, los estacioneros de Berazategui coinciden en que las ventas repuntaron en los últimos meses, aunque aclaran que están lejos de las ventas registradas en 2019. «Por suerte hubo un repunte en estos últimos dos meses, pero venimos muy golpeados de marzo y abril, poniendo plata de nuestro bolsillo para sostener las fuentes de trabajo», explicó Ricardo Castro, estacionero de la zona oeste. «La situación es preocupante, pero por suerte se está viendo un repunte, esperemos que continúe así», agregó.
El incremento del 4,5% en el precio de los combustibles aplicado el pasado 19 de agosto llevó algo de alivio a los propietarios de las estaciones de servicio. Así lo expresaron desde la Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina (FECRA) y la propia CECHA. Sin embargo, ambas entidades explicaron que los precios continúan un 8 o 10% por debajo de lo que consideran necesario para que el negocio sea rentable.
«El aumento de agosto sirvió, pero hay que tener en cuenta que llevábamos casi 10 meses sin un reajuste de tarifas, o sea que la misma inflación se comió ese aumento», indicó Jorge, estacionero de Villa España. «Hoy para que las estaciones sean rentables necesitamos no sólo que repunten las ventas sino también un aumento del 10% en el precio en surtidor. Sin eso se hace difícil poder continuar», explicó.
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