Ignacio Tadeo Mavian tiene 7 años, cursa su segundo grado  y hace dos meses su vida cambió por completo. Fue después de su clase de Zoom que se sintió mal y debió ser ingresado por guardia. Al otro día, sin entender mucho,  ya estaba en terapia intensiva. Tras los análisis los médicos le detectaron Glioma difuso intrínseco de tronco (DIPG), una enfermedad que no tiene cura en nuestro país. Vive con su familia en Bernal y hoy lucha por su vida. En un mes tiene que viajar a Estados Unidos y necesita juntar una gran suma de dinero.

«Días antes había tenido vómitos y dolores en el cuello, y después llegó el diagnóstico. Le pusieron una válvula para drenar al líquido del cerebro y finalmente la biopsia que constató la agresividad del tumor», explicó Adriana Monte, su mamá, que al principio se preguntaba si algo había hecho mal, pero los médicos le señalaron que esta clase de tumores no tienen explicación, solo que se da en niños de entre 4 y 12 años de edad.

«Si bien no suele dar metástasis, al apretar los nervios que pasan por el tronco compromete las funciones básicas de todo el cuerpo, es por eso la urgencia», admitió Adriana, quien junto a Matías Mavian, el papá, reconocen que Nacho es un guerrero desde que nació  y confían en el milagro, por eso luchan para conseguir esa que parece su única esperanza. El niño necesita 350 mil dólares para un tratamiento que hasta el momento solo se hace en el exterior.

Ambos recuerdan que Nacho comenzó a caminar torcido, ese fue el primer síntoma, y luego  se le desvió un ojo. Muy pronto perdió movilidad en la mitad derecha del cuerpo y disminuyó su audición, la deglución y el habla. Comenzaron a hacerle tratamientos con quimioterapia que le permitieron volver a comer alimentos blandos y hablar, aunque con alguna dificultad, por eso es ayudado por un tablero en cartulina que le armó su psicóloga para poder comunicarse armando oraciones. Así pide comer algo que le gusta o ver sus series favoritas.

Ya tuvo 28 sesiones de rayos, siete de quimio y varias de kinesiología. Durante dos meses se instalaron en una clínica en Palermo para realizar los tratamientos, y terminada esa etapa tan difícil volvió a su hogar con asistencia domiciliaria. Hoy Nacho se mueve con una silla postural, que además le sostiene la cabeza y la cadera.

Todo lo que le hicieron ayuda, pero para que la enfermedad remite Nacho necesita un tratamiento oncológico que solo le ofrecen en clínicas de España, Australia y los Estados Unidos. En esta última, tras decenas de mails y ayuda de algunos amigos, Nacho fue admitido. Es una Clínica en Houston, Texas, y el éxito en otros pacientes, como el caso de una chica cordobesa que se atendió allí hace 10 años, los terminó de convencer de hacer cuanto esté a su alcance para poder viajar.

Claro que con la admisión falta la otra parte, viajar y pagar la internación de entre tres y cinco semanas, además del alquiler de la bomba de infusión que administra la medicación, al menos por un año.

Lo que resta es poco tiempo, por eso su familia lanzó una campaña en redes. Se puede transferir dinero a la cuenta del Banco Provincia número 537105/8 cuyo CBU es 0140045803517553710584 ó a la que abrieron en Mercado Pago y su CVU es 0000003100062244154712. Para quienes quieran más información de cómo ayudar pueden ir a la cuenta de Instragram @Todosxnachitotadeo.

Los padres también pidieron ayuda a Santiago Maratea, el influencer que reunió 51 mil dólares para otro nene de Luján que será tratado en la misma clínica, por la misma enfermedad.

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