Tres meses. En ese brevísimo período de tiempo debutó en la división superior, nada menos que en un partido por Copa Libertadores, firmó su primer contrato profesional y se consagró campeón de la Copa Sudamericana con su equipo, Defensa y Justicia.
En poco más de 90 días, Valentín Larralde, nacido el 15 de noviembre de 2000, pasó del fútbol formativo a la consagración en el hipercompetitivo fútbol sudamericano, siendo titular y mentor de muchas de las mejores acciones ofensivas del Halcón de Varela.
Luego de la euforia de la final ganada a Lanús por 3 a 0 en Córdoba, con las aguas volviendo a la mansa calma, la promesa devenida en revelación dialogó con Periódico La Palabra sobre su brillante presente.
“Estamos muy felices, la verdad es que fue un logro muy importante. Es espectacular”, comienza diciendo Larralde, quien desde el pasado lunes ya retomó los entrenamientos junto con el equipo dirigido por Hernán Crespo.
“Para la final estábamos muy convencidos de lo que teníamos que hacer, porque el equipo venía jugando bien, estaba creciendo; aunque teníamos claro que enfrente había un rival importante y con mucha experiencia en torneos internacionales”, agrega.
Consultado si lo sorprendió el flojo partido de Lanús, aseguró que “en el inicio se dio de acuerdo al estilo de juego de cada uno: Defensa teniendo la posesión y Lanús parado para contragolpear. El tema es que hacía mucho calor y, al tener siempre la pelota nosotros, a ellos se les hizo muy cuesta arriba. Sí, por ahí, me sorprendió que no reaccionaran en el segundo tiempo, cuando ya iban perdiendo y se les acababa el tiempo”.
A pesar de haber tenido un buen rendimiento, el encuentro decisivo no arrancó de la mejor manera para Valentín, ya que falló los primeros pases, que para los entendidos son fundamentales en la confianza del jugador. Para revertir ese inicio errático, “empecé a hacer pases cortos, con compañeros libres, de los que no se pueden fallar. Eso sumado a que el equipo juega fluido, hace que salgas rápido del mal momento y entres en la sintonía de juego”.
El trofeo ganado le abrió una gran cantidad de puertas a Defensa a nivel internacional, ya que accedió a jugar la Recopa con Palmeiras, campeón de la Libertadores, la ex Suruga Bank, la próxima Libertadores y, si la pandemia lo permite, el Mundial de Clubes. “Son un montón de desafíos que nos van a mantener muy motivados”, y remarca que no se había dado cuenta lo rápido que obtuvo su primer título internacional hasta que habló con su compañero el “Chelo” Delgado, quien “tiene una larga trayectoria y me contó que era su primer campeonato”.
Para sus amigos y familiares siempre fue “Pitu” o Valen, pero en el mundo del fútbol es conocido como el “Iniesta de Varela”. Sobre cómo surgió, cuenta que “estábamos en una pretemporada en Pila con la tercera, y el último día me llama el cuerpo técnico y me dice: ´Sabés cómo te decimos? El Iniesta de Varela, porque te vemos cosas similares al volante español´. Después, cuando empecé a entrenar con la primera, se enteraron y me siguieron diciendo así. Y en uno de los primeros partidos que jugué profesionalmente, un periodista lo dijo en la transmisión, y ya quedó. La verdad es un orgullo para mí, porque siempre lo admiré”, comenta sobre el extraordinario futbolista que actualmente juega en China.
Convocado junto al defensor Adonis Frías para la conferencia de prensa organizada por la Confederación Sudamericana de Fútbol previo a la final, señala que “fue una gran alegría” y que “nos eligieron porque los dos surgimos de las inferiores de Defensa”. Además, manifiesta sentirse cómodo ante los medios y que el actual reconocimiento no lo marea: “en la carrera de los jugadores hay tanto momentos buenos como malos; entonces ahora no tengo que creérmela, ni debo agarrarme a trompadas cuando me insulten porque las cosas no me salgan”.
Con pasado formativo en Independiente, Lanús y Gimnasia Esgrima de La Plata, Larralde también representó a El Pato Country Club en los torneos organizados por la Liga Country Sur e integró la selección de dicha entidad.
Con una mentalidad muy fuerte, una técnica depurada y su irrefrenable deseo de aprender –actualmente está realizando el curso de técnico para entender mejor el fútbol-, expresa que para desarrollar su juego “será muy importante la movilidad permanente, para que las marcas no me absorban”.
Talento, disciplina, contracción al trabajo y un gran panorama de juego figuran en la carta de presentación de un joven jugador que está llamado escribir importantes páginas en el fútbol grande de nuestro país.
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