Nacido hace 30 años, criado y radicado en Berazategui, Leandro Correa es uno de los miles de admiradores que tuvo y tiene el gran maestro del golf Don Roberto De Vicenzo. Muchos jóvenes tomaron la posta de este deporte, pensando en él que supo ganar los campeonatos más importantes de la época y tuvo al Ranelagh Golf Club como su punto de partida. Además, por su hombría de bien, De Vicenzo, sigue siendo admirado y considerado el más célebre exponente de la disciplina que tuvo nuestro país.

«Durante la semana trato de escaparme del trabajo de la oficina al club y tirar algunas pelotas, cuando puedo. Sí le dedico los fines de semana y por la noche voy al gimnasio para hacer un correcto mantenimiento» contó Correa, que además es abogado.

Comenzó a jugar al golf desde muy chiquito y dio los primeros pasos a la sombra de sus abuelos golfistas en el country de Estudiantes de La Plata ubicado en City Bell, lo que fue un trampolín que le permitió llegar a las canchas del hermoso paraje de Ranelagh bendecido por los destellos de Don Roberto.

Hoy Correa es considerado el N° 1 de la Argentina en su categoría y sigue jugando en el prestigioso campo deportivo, donde se prepara para el Abierto de la Republica que se desarrollará del 14 al 18 de noviembre.

“Hay una muy buena camada de golfistas amateurs argentinos de 16 a 20 años. Es el fruto del trabajo de talentosos profesores como Víctor Hugo Caballero, de la Escuela de Menores y el Museo del Golf Roberto De Vicenzo, en Ranelagh” admitió Correa.

Una y otra vez vuelve a rescatar la profunda admiración que tiene por ese extraordinario jugador que se consagró en el Abierto Británico de 1967 y arañó el título del Masters de Augusta de 1968, de esta forma replica el respeto reverencial que tiene por De Vicenzo el veterano golfista Manuel “Manolo” Correa, su padre.  “Mi padre fue mi primer maestro, quien me inculcó la disciplina y me aconsejó practicar siempre. El otro gran modelo que tuve es el profesor Miguel ‘Pingüino’ González, un auténtico discípulo de De Vicenzo”, valoró el joven golfista que cuenta que hace malabares para conciliar su profesión de abogado con la pasión por el golf.

Tal vez sea la perseverancia su mayor cualidad por eso pese a los compromisos que le plantean sus obligaciones laborales, atiende sus dos grandes pasiones como puede, eso si, llena su tiempo libre con sesiones de gimnasia e intensos entrenamientos que lo ayuden a estar cada día mejor. De esa forma comenzó a encadenar algunos de los pergaminos más soñados por los golfistas aficionados.

Campeonato Argentino

En febrero pasado consiguió prevalecer en una definición palmo a palmo contra Mateo Fernández de Oliveira, jugador del Club Nautico de San Isidro, durante la final del  124° Campeonato Argentino de la categoría, lo que le permitió alcanzar el N° 1 del ranking nacional de aficionados. «Fue una final difícil y diferente por la mañana y por la tarde. Por suerte pude mantener la serenidad en los últimos 18 hoyos y ganar frente a un gran jugador como Mateo» recordó Correa. Este ultimo era quizá, el favorito, pero el juego se dio vuelta y Leandro que nunca había llegado a una instancia tan decisiva festejo muchísimo la victoria. «Es lo máximo a lo que puedo aspirar en la Argentina, soy aficionado y por eso este campeonato significaba tanto para cualquier amateur «. Este Campeonato Argentino de Aficionados nació en 1895, y es el sexto certamen en su tipo más antiguo del mundo junto al de Canadá y Gales.

Cabe destacar con este logro clasifico en forma directa para jugar, en diciembre próximo, en el Ford Golf Invitational.  Entre los logros de este año figura el de haber llegado también al podio del Ranking Argentino de MidAmateur

«La cancha en la que se jugo es un espacio tradicional,  similar a la de Ranelagh donde estoy acostumbrado a jugar… La victoria se la dedique a mi familia, a mi mamá y a  la gente de Ranelagh que siempre me hacen el aguante» expresó.

Luego en el Campeonato Sudamericano Amateur, en Paraguay, trepó hasta el tercer escalón del podio y clasificó para jugar el Campeonato Nacional de Finlandia. En este circuito amateur se siente a sus anchas, alternando competencias de no más de cuatro días con ratos dedicados a despuntar el vicio por el juego recreativo cerca de su casa.

El nuevo desafío en el horizonte, es el juego en la exclusiva cancha del Golf Club Argentino, para mezclarse entre los nombres mas fuertes de la disciplina que participarán del Abierto de la República. Seguramente, Correa llevará allí su mejor carta bajo la manga: el indescifrable efecto aplicado a la pelota, la marca en el orillo de los campeones de golf gestados en Ranelagh.

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