Fueron en zonas alternadas, pero por varias horas. Incluso algunos recuperaron el suministro y a las pocas horas se volvió a cortar. En algunos lugares el corte produjo costosas pérdidas, ya que el no poder abrir las puertas para trabajar, justo un fin de semana, produce mucha desazón.

«Hay muchísimo alboroto. Hay comerciantes muy enojados. Muchos tienen generadores, pero con lo que está el combustible, algunos prefieren ni encenderlo. Además, el problema es la incertidumbre, porque no tenés donde hacer el reclamo, siempre son máquinas» indico Adela.

Parece que los cortes no han cesado y nadie se quiere resignar. «Ya tenemos muchísimos problemas para afrontar, sumar uno más no podemos. Queremos que la empresa de la cara», indicó Ernesto, propietario de una librería.

Muchos razonan que estarían haciendo algún trabajo importante, pero ni así entienden tantas horas. «Sufrimos de baja tensión permanente. Acá hay mucho consumo. En verano suele pasar lo mismo. La verdad es una vergüenza que no haya quien controle estas medidas».

Por la información que pudimos recabar los cortes intermitentes comenzaron el viernes y continuaron todo el fin de semana. Hubo intervalos de luz, pero luego de nuevo volvía a interrumpirse el servicio. «Y la incertidumbre te mata, porque tenés a todos los empleados y no podes hacer nada, no sabés si mandarlos a la casa o esperar. Estamos a la buena de Dios», consideró Laura, de una peluquería.

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