Nacido en el seno de un barrio usurpado, sus familias llegaron con miles de necesidades insatisfechas. Por eso, después de luchar por un pedazo de tierra se abocaron a ayudar a los que menos tenían.

«Nacimos hace 22 años, en Ezpeleta Oeste, es el barrio La Resistencia. Estamos en Carrillo 4966 entre Costa Rica y Costa Rica Bis, a solo 5 cuadras de Berazategui», cuenta Isabel Córdoba, que antes de eso vivía en Florencio Varela. Había edificado en la casa de un familiar y este lo estafó. Terminada su casa, Isabel y su familia fue «corrida» y tuvo que deambular para conseguir asilo. «Cuando supe de esta posibilidad me vine a acampar. Fueron 13 días en los que Gendarmería no nos dejaba ni salir ni entrar, por eso decidimos hacer una gran olla popular. Éramos 500 familias inicialmente».

Hoy son 1500 familias en total asentadas en 26 manzanas, que tienen terrenos de 7 por 20 metros, todos iguales. Muchos son de origen boliviano, que reciben a otros de la misma colectividad y le dan un lugar para empezar en esta nueva tierra.

Uno de sus problemas es que después de más de dos décadas aún no pudieron lograr legalizar su situación habitacional. «Estos terrenos tenían dueño, que tenía un convenio con el municipio  para no pagar impuestos. Por eso queremos lograr que nos escuchen y finalmente nos otorguen la posesión definitiva del lugar para poder cumplir con nuestras obligaciones».

A lo largo de todos estos años «Luz del Alma» nunca bajó los brazos y ahora están tramitando la Personería Jurídica. «Aunque pasamos por momentos difíciles, intentamos seguir dando respuestas a los más necesitados en nuestra sede», señaló Isabel. Hoy están trabajando con la Casa del Niño y el Centro Juvenil en diferentes horarios.  De lunes a viernes contienen a los chicos que tienen entre 6 a 11 años. Los preadolescentes de 12 y 13 años asisten los lunes y miércoles de 18 a 20, y los jóvenes de 14 en adelante los martes y jueves en el mismo horario. El dinero que reciben en concepto de becas se utiliza para el equipamiento del comedor, para adquirir los alimentos frescos y para el material didáctico para las clases de apoyo escolar.

«Cuando comenzó la pandemia y con una situación desesperante para muchos, entregamos 500 porciones de comida a diario, pero no podíamos con todo. Por lo cual hoy tenemos en funcionamiento el centro solidario. Los chicos vienen a contra turno de la escuela y reciben clases de apoyo escolar. Lo que sucede es que muchos el año pasado no tenían conexión a internet y con los cuadernillos había temas que no terminaban de entender, y no todas las familias pueden ayudar. Entonces conformamos un equipo de alfabetizadoras populares que ayudamos a los niños, nos capacitamos para hacerlo correctamente. Nos dimos cuenta que el año pasado fue un año perdido para muchos y por eso queremos que fijen contenidos. Ellos desayunan y meriendan, y sus familias vienen con los recipientes para llevarse la comida».

«Tenemos una sala de computación cuyas máquinas nos fueron donadas por la Fundación Equidad, lo que necesitamos es alguien que pueda actualizarlas y programarlas para que puedan ser utilizadas nuevamente», pidió Córdoba, más tarde.

Además, a  pedido del Estado, es uno de los sitios donde se entregan los bolsones de alimentos secos para 150 familias en situación de vulnerabilidad. Cabe señalar que «Luz del Alma» ofrece ayuda a los vecinos que están más allá del barrio La Resistencia y trabajan en forma articulada con los profesionales del CIC «2 de Abril» y del Centro de Atención Primaria «Arturo Illia», con quienes realizan un trabajo en red con otras instituciones solidarias de la zona.

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