En una charla en profundidad con el presidente del Club Libertad, Daniel Cosmeli, nos ha contado en detalle cuales fueron las remodelaciones que se han hecho en el interior del club y cómo están sobrellevando la situación actual con los tarifazos y el proceso de recomposición social en una ciudad que cada vez levanta más edificios y produce un acotamiento inevitable del espacio en el corazón de Berazategui.
A pesar del sacrificio mes a mes para para pagar los impuestos, Cosmeli nos cuenta que además del proyecto de construir un gimnasio en lo que sería un segundo piso, con toda la inversión que implicaría tal objetivo, han remodelado la parte de los vestuarios tanto de hombres como de mujeres que están en frente de las dos canchas de futbol que comprende el club. Son espacios claramente restructurados cuyos pasillos y escaleras acompañaron ese cambio: todo parece realmente nuevo cuando el presidente del club, en una visita guiada nos muestra las nuevas instalaciones del lugar. Por otra parte, hace un año han construido un salón de diez por diez metros, el cual hace pocas semanas se comenzó a alquilar para que los vecinos y las vecinas del Berazategui, y zonas aledañas, realicen determinados eventos como fiestas de 15, cumpleaños, aniversarios, etc. Con orgullo y entusiasmo, Cosmeli nos muestra el interior de la cocina y la barra nuevas, siempre contando que es una satisfacción contar con ese trabajo que, desde ya, realiza ad honorem ya que es una sociedad sin fines de lucro.
Respecto a las tarifas de luz, algo que aqueja a muchos de los ciudadanos del país, nos cuenta que han estado con complicaciones para pagar los servicios pero que siempre se ha podido llegar a cubrir ese tipo de gastos ya que cuenta con el alquiler de las canchas de futbol cinco. Las mismas son, quizás, el mayor ingreso que tiene el club, además de la práctica de ciertas disciplinas que se realizan en el club como la novedad última: tiro al blanco.
Por último, Cosmeli nos habla del significado que tiene el club para él. El club en general y específicamente el Club Libertad. Lugar recurrente en su infancia y juventud, ya que vivía a sólo tres cuadras de ahí. La tradición familiar en el Libertad lo llevó a ser hoy, con poco más de 60 años, dirigir la institución que tantas alegrías le trajo. “Hoy”, nos cuenta con cierta nostalgia, “no sabemos quienes son los vecinos, cada vez hay mas gente y se construyen más edificios”, cuestión que muchas veces sale a luz al hablar de la integración social y el lugar de pertenencia que debería tener un club. El anonimato de quienes acuden al lugar produce una sensación distinta y ese lazo social de años anteriores no está presente del todo. Sin embargo éste como otros clubes históricos de Berazategui aún sobreviven gracias al trabajo constante de sus directivos.
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