Rodolfo Cabral, vecino de Plátanos, es ingeniero electrónico, con un postgrado en automatización industrial y capacitación docente, pero desde siempre amó la historia y se dedicó a recopilar documentos, fotografías, a dar charlas y a investigar el pasado. Hoy es, además, secretario de la Asociación Profesional de Museólogos de la provincia (APRODEMUS), cuyo lema pretende ser «Museólogos a los museos».

En 2004 hizo la carrera de museología en el Instituto Superior de Formación Docente y Técnica Nº 8 de La Plata y se recibió en 2007 como Técnico Museólogo. «Siempre fui a jornadas, encuentros y aprendí mucho. Pero me faltaba la parte teórica. La Museología encara las colecciones de artículos, no importa qué, pueden ser figuritas, medallas, sillas. El trabajo consiste en estudiarlas, conservarlas y exhibirlas. Y en mi vida he hecho todo eso, pero lo que más me interesa y más desarrollé fue la parte de investigación», narró Cabral.

Durante la gestión de Francisco «El Barba» Gutiérrez fue director de Museos de Quilmes. «Fue una experiencia enriquecedora para mí. Hicimos cosas impresionantes y me permitió investigar mucho sobre la historia regional. Tuve el lujo de estar con Ludovico Pérez y Norma Cistaro, que estaban en el Museo de Arte Víctor Roverano y que cambiaron totalmente. Teníamos exhibiciones todas las semanas en los cuatro museos de Quilmes. Hicimos muchas exposiciones en conjunto, concursos de manchas; ofrecimos distintas alternativas culturales. Tomábamos la calle y poníamos fotografías en las rejas, en las ventanas. Hicimos conciertos en la calle con Julio Urruty. Los vecinos estaban muy agradecidos. Eran galerías de arte callejeras. La calle se llenaba de estatuas vivientes y se hacían cerámicas», contó, orgulloso de esa etapa.

Luego de retirarse de la Asociación Orígenes, fundó la Comisión de Estudios Históricos de Berazategui, en 2009 junto a otros historiadores de la zona y la Agrupación Histórica «Los Quilmeros», con Chalo Agnelli, Jorge Márquez y otros, quienes presentaban un libro por año.

Años más tarde nació, en 2016, Pueblo Kilmes, (como lo escribió Rivadavia en 1812). Justamente junto a otros integrantes de esta ONG el próximo sábado darán una charla. Es la II Jornada Histórica Regional de Quilmes, en la Sociedad de Fomento y Biblioteca Don Bosco, situada en Ciudadela 2158. Allí Cabral hablará sobre el aspecto histórico y cultural del Cementerio de Quilmes. La primera edición fue en el Centro Tradicionalista «El Rodeo» antes de la pandemia.

Refiriéndose a esa etapa tan particular, el museólogo explicó: «La pandemia nos permitió hacer charlas por Zoom, que fueron una experiencia increíble y que, incluso hoy, se siguen escuchando y comentando. Las nuevas herramientas tecnológicas nos permiten seguir en contacto; antes era solo el correo electrónico, hoy nos llaman y nos consultan todo el tiempo. Tiene muchas ventajas. Además, podemos comunicarnos con otros investigadores sin importar dónde estén, y producir intercambios fabulosos».

Como apéndice de su extenso trabajo Cabral es parte del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, que en marzo de este año donó una Estrella Federal de un metro y medio de altura que se colocó en la intersección de las avenidas 14 y Valentín Vergara. La misma fue realizada por el artista quilmeño Tito Ingenieri, y está decorada con venecitas. Es la estrella de Rosas con la bandera federal, azul y blanca. Es más, en un par de semanas donarán una escultura realizada por el mismo artista metalúrgico, de un Juan Manual de Rosas sobre su caballo, de tamaño natural, que hasta el momento será colocada en una plaza de la localidad de Juan María Gutiérrez. 

Sobre su presente, manifestó: «Estoy investigando el Cementerio de Quilmes, hicimos un trabajo inédito sobre las 1850 bóvedas que existen en este lugar. Es increíble, pero otras ciudades tienen desarrollados trabajos estupendos en torno a estos lugares que se transforman en sitios históricos y turísticos, son epicentro de investigaciones. El primer Congreso sobre Cementerios al que fui fue en Colonia, Uruguay, donde gracias a sus trabajos les permitió saber cuántos años vivía la gente, e hicieron biografías sobre vecinos del lugar. En otros se hacen visitas guiadas como en Córdoba, Balcarce, etc. Son museos a cielo abierto».

APRODEMUS

«El gran problema de la museología es que en la mayoría de los museos del país no hay museólogos, sino que puede haber un arquitecto, profesor de historia… pero museólogos no, ni siquiera como segundo; no existe esa mirada fresca con experiencia. Es cierto que en otros lugares del mundo hay mucha gestión privada, porque cobran entrada, y hay profesionales a cargo de estos lugares. Acá no hay fondos para financiar los museos, para que compren piezas importantes. Por lo que sé en Berazategui había muchos museólogos, pero se fueron jubilando; ahora no sé, hay conservadores… y en Quilmes se está haciendo ahora».

«A través de APRODEMUS hemos armado un Consejo de Museología para defender las condiciones laborales, para que haya concursos y que tengan directores que provengan de los sectores políticos, pero que nombren museólogos para que custodien el acervo cultural. Tenemos muchos museólogos en todo el país que no tienen trabajo, por eso estamos firmando acuerdos, queremos ser una red nacional cuyo lema sea museólogos a los museos», concluyó. 

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