Con el lema “Madre, míranos con ternura, queremos unirnos como pueblo”, se realizó la tradicional Peregrinación Juvenil a Luján en su edición 48. En la Misa final la Iglesia abogó por el fin de la grieta, al clamar por la unidad nacional y rogar “por nuestros gobernantes para que busquen ser instrumento de encuentro entre los argentinos”.
Organizada por la Comisión Arquidiocesana de la Piedad Popular del Arzobispado de Buenos Aires, se tomaron una serie de recaudos y disposiciones orientadas a fortalecer el aspecto sanitario por sobre todo. La mayor parte de los caminantes partió el sábado desde el santuario de San Cayetano de Liniers, ubicado en Cuzco 150, a pocos metros de la intersección de General Paz y avenida Rivadavia. Desde allí, la imagen de la Virgen de Luján de esta Peregrinación marchó junto a miles de peregrinos que recorrieron cerca de 60 kilómetros para llegar a Luján. Hubo más de 60 puestos sanitarios gratuitos de apoyo para colaborar con los peregrinos, darles confianza, ánimo, protección y agua.
En tanto, en Luján, hubo un hospital de campaña con equipo de terapia en el Puente de Control y otro con soporte sanitario en avenida Nuestra Señora de Luján entre 25 de Mayo y Almirante Brown. Además, dos puestos sanitarios en Lavalle y 9 de Julio y frente al Complejo Museográfico Enrique Udaondo asistieron a los fieles. Es dificil estimar la cantidad de fieles que se manifestaron en esta real muestra de cariño y devoción.
Las celebraciones religiosas comenzaron este sábado en la Plaza Belgrano. Hubo misas a las 8, 9.30, 11, 13, 15, 17, 19, 20.30, 22 y 23.30 horas. Mientras que este domingo comenzaron a la 1; continuaron 2.30, 4, 5.30, 7 y 9.30 y continuarán a las 11, 13, 15, 17 y 19.
«Cómo nos gustaría que esta fuerza fraterna se proyecte sobre toda la Argentina para que nos sintamos más hermanos”, fue el deseo expresado por el Primado de Argentina, el Cardenal Mario Aurelio Poli, en la Misa presidida por este. En su homilía, el cardenal Poli hizo presente que “nuestra vida es peregrina”, y resaltó el acto de amor a María y a Cristo de los peregrinos que llegaron durante la tarde del sábado, la madrugada y el domingo: “Qué lindo es sentirnos en el camino como hermanos como un pueblo peregrino, un pueblo fraterno, solidario”. “Cada vez que nosotros venimos al santuario no nos vamos de la misma manera – añadió- . Hay una gracia que la Virgen le pide a Jesús para cada uno de nosotros para cambiar lo que tenemos que cambiar, para darnos las fuerzas, para no bajar los brazos, para volver la mirada hacia el bautismo y esos regalos tan hermosos que nos dio en ese momento: la fe, la esperanza y la caridad”.
El cardenal rogó también para que “encontremos la paz y la ayuda necesaria para unirnos como pueblo” y “por nuestros gobernantes, para que busquen ser instrumento de encuentro entre todos los argentinos”.
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