«El trabajo de ser enfermera es el más noble del sistema de salud, siempre y cuando se tenga vocación de servicio, porque las enfermeras y los enfermeros somos los que estamos cerca de los pacientes. No sólo administramos los medicamentos, sino que contenemos a los enfermos y a sus familiares», expresó Vázquez.
Ana María ingresó a la carrera de enfermería por «tener una salida laboral rápida», sin embargo, relató que en la primera charla que tuvo supo que su «camino era el cuidado». «Encontré mi verdadera vocación, porque siempre me gustó ayudar a la gente y en la enfermería encontré la posibilidad de socorrer y servir al otro», expresó la profesional.
Durante la pandemia el sector de enfermería tuvo un rol esencial en la lucha contra el coronavirus. Vázquez subrayó: «Particularmente caí en la realidad que estábamos viviendo a nivel mundial por la gravedad que vivimos cuando se declaró la cuarentena. Al principio no estaba en el sector COVID y en marzo de este año me pasaron a ese piso. Fue muy triste porque no dábamos abasto, no teníamos lugar y vi cómo la gente se moría sin tener una cura definitiva».
«Todos los trabajadores pusimos todo lo que teníamos a nuestro alcance; teniendo sobrecarga laboral y también teniendo miedo a morir, porque al principio temí por mí y mi familia, ya que la podía contagiar. De hecho tuve COVID, que si bien fue leve, estuve aislada en un hospital y es terrible no tener contacto con tus seres queridos. Por eso desde el rol que me toca de enfermera trato de contener al paciente, porque en ese momento el único contacto que tiene el paciente de coronavirus es el trabajador de la salud», indicó la enfermera.
Y recordó: «Una vez ingresó un paciente de 80 años, era un hombre lúcido y se manejaba por sus propios medios. Se le dio de alta y recayó; esa noche me agarró la mano y me dijo ‘ tengo miedo’ y me partió el alma. De esos casos tengo cientos, es muy triste todo».
Asimismo, la profesional explicó cómo hace para superar esa situación de tanta cantidad de muertes. «Nosotros estamos preparados psicológicamente para afrontar esos momentos, entendemos que todos pasamos por la muerte, es un episodio que vivimos en nuestras vidas. A veces es inevitable no encariñarse con el paciente, una es humana y por eso es importante entender la vida y la muerte».
Por otra parte, Ana María señaló que la profesión de enfermera «no está reconocida como debería». «Desde lo salarial, hasta el trato de superiores y los familiares de los pacientes no valoran el arduo trabajo que hace un enfermero o enfermera, nos tratan como sirvientes y no como profesionales. Además, no tenemos una buena defensa laboral por parte de los sindicatos».
En cuanto a la formación actual de enfermería, la trabajadora de la salud se refirió: «Es dispar, algunos tienen buen conocimiento teórico y otros más prácticos. Deberíamos todos recibir la misma instrucción. Sin embargo, es una profesión que requiere un aprendizaje constante, puedo aprender de un chico que recién empieza, como de alguien que tiene más años que yo».
«Les aconsejo a los que quieren ser enfermeros que lo hagan con amor y vocación, porque no hay otra manera de brindarse a un trabajo como este que no sea desde lo humano. Yo hablo con los pacientes, soy simpática y les llevó música, son momentos que la persona está vulnerable y hay que darle cariño», finalizó.
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