Noche templada, cancha mojada, un tanto blanda, y dos equipos que animaron el Torneo Clausura de Primera B de la Liga Country Sur. Uno, El Carmen, logró el anhelado ascenso a la categoría máxima; el otro, Nuevo Quilmes, estuvo a un paso de obtenerlo.
Con semejantes cartas sobre la mesa, el duelo entre ambos por la segunda edición de la COPA PERIÓDICO LA PALABRA no podía ser más tentador
El Carmen, que hizo las veces de local, se mostró desde el pitazo inicial con una actitud prepotente, activa y muy dinámica. Fueron largos minutos de dominio territorial, con un juego abierto y de buena asociación cuando la pelota estaba en su poder, y con una presión asfixiante al momento de recuperarla.
Joaquín Camporotondo, su jugador más adelantado, obligaba todo el tiempo, chocaba a los centrales, apuraba al arquero rival cuando no podía tomar la pelota con la mano, y pivotea de manera clara y precisa. Además, mostró un gran entendimiento con Manuel González, un muy interesante volante izquierdo.
Nuevo Quilmes no hacía pie, llegaba tarde y desarticulado a las marcas y se le empezó a complicar el intentar alguna acción ofensiva.
Por ello no extrañó que en apenas siete minutos, Camporotondo capitalizara un rebote en el área chica y abriera la cuenta.
Nada cambió la ruptura del marcador, es más, se acentuó la supremacía del anfitrión, que en todo momento entendió lo que debía hacer.
Y si la velada venia difícil para Nuevo Quilmes, se terminó de complicar con el penal que sancionó el árbitro por una mano de Matías Seoane. Frente a la pelota se paró Manuel González, ejecutando de manera impecable la pena máxima.
Shockeado y tambaleante, Nuevo Quilmes intentó equilibrar las fuerzas con actitud y pelotazos para Lupo y Lema, pero el repliegue defensivo de El Carmen esterilizó cualquier intento.
El volante central Melgarejo se terminó de hacer eje, abrió la pelota a los costados, verticalizó el juego cuando fue necesario y se complementó de gran manera con Kahl. Y justamente de una jugada rápida surgió un pase entrelíneas de Camporotondo que Manuel González definió con categoría.
No se habían cumplido aún los primeros 25 minutos de juego y el local ya había sentenciado la historia con una actuación sobresaliente. Y pudieron ser dos goles más, pero Ángel Salgado, el arquero visitante, intervino de manera magistral en ambas situaciones.
El receso se asemejó a un bálsamo de aire fresco para Nuevo Quilmes, ya que salió decidido a poner la reglas de juego. Y por momentos lo logró, generando grietas en la defensa de El Carmen que hasta ese momento no habían aparecido. Sin embargo, a pesar de haber merodeado el área rival, le faltó precisión en la puntada final para lograr el descuento.
Y justamente de tanto ir hacia adelante, Nuevo Quilmes se desprotegió en la retaguardia, lo que permitió que un preciso pelotazo dejara a Juan Reguera cara a cara con el arquero y, tras eludirlo, señalar el cuarto gol de la noche.
Los minutos finales dejaron en evidencia, por un lado, la actitud inquebrantable de Nuevo Quilmes, que a pesar de la amplia diferencia en contra, luchó, buscó e intentó. Y por el otro, a El Carmen, que cerró el duelo a puro toque y moviendo el banco para que todos fueran parte de la fiesta.
El capitán Juan Cruz Melgarejo recibió la copa que estaba en juego y desató el festejo de un plantel que cierra el año de manera inmejorable: ascenso a primera y un bonito trofeo para las vitrinas.
Hacé tu comentario